Los médicos exigen un 'tacógrafo' para limitar las horas de guardia

Los médicos exigen un 'tacógrafo' para limitar las horas de guardia

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¿Es seguro que un médico de guradia trabaje 24 horas seguidas? El Sindicato Médico de Almería piensa que no y exige la puesta en marcha de una especie de ‘tacógrafo’, que limite el número de horas de guardia, a fin de mejorar la seguridad de los pacientes.

Por muy en forma que esté, un facultativo es incapaz de mantener la atención al cien por cien durante las 24 horas que duran sus guardias en servicios como urgencias, UCI o Atención Primaria. Esta carga de trabajo provoca que se produzcan errores médicos, que pueden tener consecuencias fatales en los pacientes.

Miembros del Sindicato Médico de Almería ha denunciado “la quiebra de seguridad” que produce el actual sistema de guardias “construido sobre jornadas agotadoras de 24 horas de trabajo continuadas, de 17 en el mejor escenario, más cinco por la mañana, una secuencia que en otros contextos laborales no sería tolerado”, según ha apuntado el presidente del Sindicato Médico, Nicasio Marín.

Marín ha estado acompañado por otros médicos del sindicato como Helio Fornieles, Ildefonso García, Francisco Durbán y Margarita Galera. Los facultativos han anunciado la puesta en marcha en Andalucía del denominado ‘Movimiento por un Nuevo Modelo de Guardias’ para plantear tanto a la Administración andaluza como la estatal la necesidad de que “hay que establecer límites, un ‘tacógrafo’ en resumen”, como sucede con otros profesionales, como es el caso de los conductores profesionales, maquinistas ferroviarios o pilotos aéreos.

El trabajo continuado sin descanso, según ha apuntado Nicasio Marín, produce en los médicos “una ‘deprivación’ del sueño, de forma regular y periódica, hasta el punto de no descansar nada”, lo cual genera en los profesionales “problemas de estabilidad psicológica” y que, en un momento dado, “no muestren atención suficiente”, por lo cual “se equivocará, y lógicamente en nuestro entorno sufrirá punciones inadvertidas, pinchazos, utilización o exposición excesivas a radiación por falta de atención”.

Marín considera que “después de 16 horas debería ser relevado sistemáticamente cualquier médico que estuviera trabajando de forma continuada y obligarle a tener cinco horas de descanso o sueño ininterrumpido en nombre de la seguridad, que no vale todo, el éxito del Sistema público andaluz e incluso la calidad y los resultados no justifican el que las guardias médicas sean tan prolongadamente agotadoras, ni siquiera en este contexto económico y social de crisis; estamos pensando en iniciar un Movimiento por Un Nuevo Modelo de Guardias que permita ofrecerle a los ciudadanos la seguridad”. Una seguridad, que a juicio de los médicos, “se quiebra cuando el agotamiento induce a la fatiga, que produce riesgos e incluso la muerte”.

Nicasio Marín se ha referido al reciente fallecimiento de un joven polaco en Sevilla debido a un “alta intempestiva en el Hospital Virgen del Rocío del pasado jueves; es dado de alta porque la presión es intensa y porque ocurre a las dos de la mañana, y a esa hora, la atención, la reflexión, la ponderación, la sensatez, todo cambia para cualquier ser humano, pero también para quien llevaba trabajando desde las ocho de la mañana; ésa persona que ha dado el alta habrá cruzado la línea roja, y probablemente se ceben con él, pero no es más responsable que el propio sistema que permite que esa línea roja se cruce y que no hace nada por evitar la fatiga y el agotamiento”.

El doctor Marín ha reconocido que, aunque en su quehacer diario como médico clínico andaluz se sitúa en la parte alta del estándar que fija el sistema, “sin embargo, mi tasa de error oscila entre un tres y un ocho por ciento, que tienen consecuencias graves, no son errores leves, y del ocho por ciento he llegado a tener en la alta madrugada, y esto no es una excepción y aunque no me guste desvelarlo, esa tasa de error se dispara a partir de la alta madrugada, y si me pasa a mí, es probable que le pase a otro. Si eso pasa, la población debería saber que la seguridad tiene un precio muy alto y que no vale todo”.

Ha insistido en que “a partir de las dos de la madrugada, los errores que nunca debieron producirse, que son consecuencia de meter la pata, se producen, se acumulan y se disparan hasta las seis”, y ello es debido “a la fatiga física y psíquica, que se cobra en fallecimientos, en riesgos que debieron evitarse desde el punto cero”, por lo que “deben acabarse ya esas jornadas agotadoras y esclavistas”, sobre todo, “en un día como hoy, de reivindicación del trabajado decente”.

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