‘Entre quejíos y pitas’ recorrió la historia del flamenco almeriense

‘Entre quejíos y pitas’ recorrió la historia del flamenco almeriense

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entre-quejios-03.jpgLa historia del flamenco de Almería se mostró el jueves en un espectáculo que, además de didáctico, no dejó de ser apasionado. ‘Entre quejíos y pitas’ abrió anoche, ante un Teatro Apolo abarrotado, el X Certamen Internacional de Guitarra Julián Arcas, que organiza Cajamar, y lo hizo repasando la evolución del flamenco almeriense con una actuación de gran calidad.La obra dio comienzo con un audiovisual, que narró los comienzos del flamenco en Almería en el siglo XIX, momento en el que destacaron las figuras de Antonio de Torres, Julián Arcas, Luis de Soria y la bailaora Carmen Dausset, conocida como ‘Carmencita’. A continuación, ocho músicos y una bailaora de La Peña Flamenca El Ciego de la Playa interpretaron por primera vez el repertorio de Julián Arcas, concretamente sus ‘Variaciones sobre las soleares’.

La siguiente escena se volvió a introducir con un vídeo, que explicó cómo el negocio de la uva y de los parrales influyó en la música de aquella época, que se contagió de la alegría de los campesinos. Sin embargo, con el comienzo de la minería en la provincia, los agricultores se pasaron a la minería, y los fandangos se transformaron en ‘hondos quejíos’. Todo ello se reflejó sobre las tablas con los fandangos de Adra, Berja, Cuevas de Almanzora y Almería, a los que se añadió un baile por tarantos.

Después se pasó a otro audiovisual, que mostró la época de prosperidad, aquella en la que se inauguró el Cable Inglés y comenzaron a tomar forma los primeros cafés y salas en las que actuaban artistas flamencos. Paralelamente, es la época también de dos de los grandes de la literatura almeriense, Francisco Villaespesa y Carmen de Burgos, que triunfaban en Madrid. El espectáculo ‘Entre quejíos y pitas’ quiso, igualmente, realizar un homenaje al escritor almeriense, con unas seguiriyas basadas en la obra de Villaespesa.

Finalmente, la producción se centró en La Chanca, barrio que cae en la marginalidad y el olvido en la primera mitad del siglo XX, pero que, sin embargo, hace frente al mundo a través del flamenco. De hecho, este arte se convirtió en el único vehículo que lo ha unido con el centro de la ciudad. Por otro lado, destaca La Chanca, por ser el lugar del que han surgido los nombres más internacionales del flamenco almeriense, como Niño Josele y Tomatito.

Por otro lado, el espectáculo que se presentó anoche en el Teatro Apolo no dejó lugar a dudas de la gran calidad de los intérpretes. Y es que tanto las guitarras flamencas de Antonio Luis López y Pedro Torres, como el cante de Ángela Cuenca y Cristo Heredia hicieron vibrar a un público, que se rindió definitivamente con los momentos íntimos que introdujeron el saxofonista Juanra Mollá y el violinista Borja Sáez. Aunque, sin duda, la estrella de la noche fue la bailaora Ana Alonso, que llenó de sensualidad y de fuerza el escenario del Teatro Apolo, acompañada por el percusionista Antonio Torres y el palmero Hércules Heredia. 

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