Mayor frecuencia de fenómenos extremos como las olas de calor; disminución notable del volumen de agua caído a lo largo del año y acentuación de las lluvias torrenciales y de las sequías; temperaturas medias por encima de los valores de referencia… todos estos signos están indicando que el cambio climático es una realidad que está ahí y que en los últimos años está actuando más que nunca, como en estos días, que se espera una ola de calor que puede elevar las temperaturas por encima de los cuarenta grados y ha provocado que se declare la alerta naranja por altas temperaturas en Almería.
Todavía hay quien habla del cambio climático como elucubraciones de grupos conservacionistas que se oponen al desarrollo; aún hoy hay quien sólo ve en las teorías, muchas refutadas, unos obstáculos para el avance de la sociedad devoradora en la que se ha convertido este mundo. Sin embargo, en los últimos años, la Tierra nos da avisos serios de que el cambio climático, incluido dentro del fenómeno del cambio global, es mucho más que una teoría de científicos de corte ecologista, es una realidad difícil de frenar y que va a alterar la forma de vida en muchos lugares de la Tierra, entre ellos, el Suereste de la Península Ibérica, una tierra donde se están adelantando los fenómenos que se extenderán por otras regiones en sólo unas décadas.
Cada verano se asiste a la misma guerra de cifras asociada a las sucesivas olas de calor, que cada vez son más frecuentes y más agresivas. Estos fenómenos extremos ocupan páginas y páginas en los periódicos, y minutos de televisión para informar de algo que no debería ser noticia, porque entra dentro de lo normal. Aunque en los últimos años esa normalidad se está rompiendo en la medida en que cada vez son más y más fuertes las olas de calor que azotan Andalucía en verano.
Sin embargo, la enorme viga que son las temperaturas superiores a cuarenta grados impiden ver la paja en el ojo del día a día, un fenómeno que es prácticamente imperceptible a simple vista, pero que los científicos constatan mes a mes, como es la subida de la temperatura media con respecto al periodo climático de referencia, que se ha establecido en los treinta años que van desde 1971 al 2000.
De nuevo, las temperaturas de este pasado julio han estado por encima de lo que se considera normal, mientras que las precipitaciones caídas han estado muy por debajo de los niveles de referencia. Como término medio, en el conjunto nacional la temperatura media del mes de julio estuvo medio grado por encima, una cifra que el Almería fue algo menor y se quedó sólo en una décima de grado más que la media. En cualquier caso, superior.
«Los modelos hacen proyecciones de futuro basándose en diferentes hipótesis sobre el nivel de emisiones de gases de efecto invernadero (los denominados «escenarios»). Como he comentado antes, sus proyecciones apuntan a un aumento de las temperaturas y un descenso de las precipitaciones en toda la cuenca mediterránea a lo largo del siglo XXI», explica el investigador de la Universidad de Almería Fernando Sánchez Rodrigo.
Esta tendencia se sucede año a año y aboca a la región a una serie de cambios que traerán profundas consecuencias en todos los órdenes de la vida y que, por supuesto, afectará a las actividades humanas.
Fernando Sánchez Rodrigo advierte de que «en la última década del siglo XX y en la primera del XXI se han detectado los años más cálidos del último milenio. Según el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) el calentamiento al que asistimos es, con gran probabilidad, consecuencia del aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, y otros) producido por las actividades humanas».
Sin embargo, a pesar de que existe una tendencia muy marcada hacia unos veranos más tórridos, siempre hay excepciones, como lo ocurrido el verano pasado. «En principio, es de esperar que las tendencias encontradas hasta ahora se mantengan, pero siempre es posible la aparición de un año «anómalo» que dé al traste con las predicciones. A modo de ejemplo, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) pronosticó que el verano del 2011 sería muy caluroso, y al final ha sido uno de los más suaves de la última década. Y es que las predicciones climáticas para tan breve espacio de tiempo son cuando menos arriesgadas. El climatólogo ve las cosas con una perspectiva temporal más amplia, se puede sentir más o menos seguro de sus proyecciones a nivel de décadas, pero de un año para otro sólo puede fiarse de análisis estadísticos que presentan elevados grados de incertidumbre».
En cualquier caso, los números marcan un aumento de las temperaturas, que será mucho más acusado en los próximos días, con la ola de calor que afecta al Sur peninsular.
Tempreraturas medias julio 2012 y variación sobre la media de referencia:
ALMERIA 25.8 +0.1 Normal
CADIZ 24.0 -0.4 Normal
CORDOBA 28.2 +0.9 Muy Cálido
GRANADA 25.5 +0.7 Normal
HUELVA 27.2 +1.5 Muy Cálido
JAEN 27.5 0.0 Normal
MALAGA 26.5 +1.7 Extremadamente Cálido
SEVILLA 27.7 +0.3 Normal
