Una quincena de detenidos en Almería y Murcia por estafas por Internet

Una quincena de detenidos en Almería y Murcia por estafas por Internet

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La Guardia Civil ha detenido a quince personas e imputado a más de catorce por su presunta relación con una red internacional de estafadores que utilizaban el método conocido como phising. La Operación Detroit, que así es como se ha llamado la actuación del instituto armado, se ha desarrollado en las provincias de Almería y Murcia, y se calcula que han podido estafar a más de 450 personas, a las que les han robado 155.000 euros.

El inicio de la operación se remonta a principios de la temporada estival del año 2010, cuando agentes especializados en la investigación tecnológica detectaron un billete para uno de los Ferrys que realizan el trayecto entre el Puerto de Algeciras y la ciudad alauita de Tánger comprado fraudulentamente a través de Internet, utilizando una tarjeta de crédito falsa.

Por tal motivo, se montó un dispositivo encaminado a averiguar el paradero de los denominados “cerebros” de la organización, que se complicaba al utilizar los mismos direcciones IP desviadas por programas anonimizadores a ciudades de Estados Unidos, Marruecos y Francia, así como a varios locutorios de la zona levantina y Este de Andalucía.

Tras las primeras diez detenciones practicadas durante los primeros meses del año 2011, en las que se localizaron los principales responsables de la organización delictiva en varios domicilios de la provincia de Murcia, los agentes obtuvieron abundante información de los equipos informáticos intervenidos, donde se localizó el paradero del resto de componentes de este grupo organizado, en las localidades de Murcia, Cartagena (Murcia) y Roquetas de Mar (Almería), así como la identidad de otras personas que resultaban beneficiadas por estas actividades ilícitas, principalmente infractores de tráfico que aceptaron pagar sus multas utilizando tarjetas falsificadas.

El modus operandi de esta organización consistía en el método conocido como phishing, es decir, se hacían pasar por entidades bancarias, que se ponían en contacto con las víctimas para comprobar sus claves secretas y números de cuenta. Era en ese momento cuando los afectados revelaban a la organización la información confidencial que les permitía acceder a su dinero.

 

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