Con un acto cargado de historia, la hermandad de Nuestra Señora de Los Dolores dio inicio el pasado sábado a la cuenta atrás para la celebración de la Semana Santa. La iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, sede canónica de la hermandad, se llenó para escuchar el tradicional pregón, que estuvo presidido por el alcalde, Gabriel Amat, acompañado por los concejales del equipo de gobierno.
La noche comenzó con el descubrimiento del cartel de 2018, una fotografía de la imagen de Jesús Nazareno, obra del profesor de la UAL y reconocido fotógrafo Blas Fuentes. El alcalde quiso agradecer «a todos los que con vuestro trabajo habéis logrado que Roquetas cuente con una Semana Santa propia y singular, que hoy es ya muy importante».
Y el acto se cargó de historia, en primer lugar, en las manos del propio pregonero, Ignacio Jiménez, un querido profesor del colegio Las Lomas e investigador de la historia del municipio, quien proporcionó algunos datos historiográficos de la Semana Santa roquetera.
«La Semana Santa de Roquetas existe desde que se construyó la primera iglesia. A finales del siglo XVIII existían once imágenes que, desgraciadamente, fueron destruidas mayoritariamente en la Guerra Civil», expuso, antes de proclamar que «nuestra Semana Santa tiene mucho de todo: de antiguo y de moderno, de tradición e innovación, de clasicismo y de modernidad; pero, sobre todo, tiene corazón, mucho corazón. Pasión para hacer sentir lo que nuestro corazón manda: mantener nuestra fe. Nuestra fe hecha cultura, por encima de corrientes y aires políticos, sociales e incluso corrientes espirituales dentro de la propia Iglesia».
Ignacio Jiménez fue presentado por una emocionada Nati Rivas, pregonera del año 2017. La hermana mayor de Los Dolores, María José Fernández, entregó un recuerdo a cada uno de ellos, así como a la esposa del pregonero de 2018.
Y de nuevo se miró a la historia. Esta vez la de la propia hermandad, cuya junta directiva, que se estrenó el año pasado, ha querido dejar constancia bibliográfica de los pregones pronunciados a lo largo de su trayectoria. Para ello, María José López invitó uno a uno a todos los pregoneros que han participado en esta tradición desde que la hermandad iniciara su camino, a que rubricaran el nuevo libro que la hermandad ha dispuesto para ello.
Finalizadas las firmas, todos ellos pudieron posar juntos en el altar mayor de la parroquia, dejando así una imagen para la historia.