Empieza la cuenta atrás para las comidas navideñas, y con ello los turrones, polvorones, chocolates, mazapanes, etc., una acumulación de azúcares que puede resultar fatal. En España, tal como recoge la OMS, la población adulta consume aproximadamente 78,1 gramos de azúcares al día, un total de 19% de las calorías totales, mientras que en los niños, la ingesta media es de 95,1 gramos al día, suponiendo el 21,5% de la energía total diaria. Unos datos que aumentan significativamente en estas fechas navideñas con los tradicionales dulces navideños.
Conscientes de estos datos, HLA Mediterráneo dedica su última ‘Mesa Saludable’ del año al consumo excesivo de azúcares, que puede desatar la aparición de diversas patologías, así como dependencia.
¿Eres azucarcólico?
El debate sobre si azúcar engancha ha provocado que en Estados Unidos se acuñe un término especial: “sugarcoholics” o ‘azucarcólicos’. “Aunque no se puede hablar de adicción, la dependencia sucede porque el consumo excesivo de alimentos azucarados de manera asidua provoca la liberación de opioides endógenos, lo que nos hace sentir satisfechos y felices. Todo esto enciende en nuestro cerebro el deseo de repetir la ingesta para mantener el estado de excitación, ocasionando efectos parecidos a los de una droga, como la necesidad”, explica la Dra. Silvana Morra, internista del HLA Mediterráneo.
Por estos motivos, entre otros, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la toma de este alimento a menos del 10% de la ingesta calórica total (50 gramos/12 cucharaditas diarias) y para obtener mayores beneficios, reducir su consumo a menos del 5% (25 gramos/6 cucharaditas diarias). “A partir de dicha cantidad diaria se puede entrar en zona de riesgo”, advierte la profesional, y añade que “moderar es importante porque una absorción desmesurada puede derivar en enfermedades no trasmisibles como la caries dentaria, la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, que se están viendo aumentadas de forma alarmante”.
Para conseguir reducir el consumo de azúcar a lo largo de la vida, las personas que sean dependientes tienen que hacerlo de manera gradual. Esto se puede lograr reduciendo la toma de alimentos y bebidas azucaradas y teniendo especial cuidado con el concentrado en la miel, jarabes, golosinas y zumos.
Además, hay que evitar añadir azúcar a la leche y a los zumos caseros y comer al menos cinco porciones de frutas y verduras, mejor si son de temporada y de manera variada. “A pesar de todo, tenemos que tener en cuenta que este alimento tiene que estar presente en nuestra dieta, no hay que demonizarlo ni eliminarlo completamente”, aclara la internista del HLA de Almería.
Que los dulces no arruinen tu sonrisa
El azúcar es también una de las principales responsables de las caries, porque estas consisten en una desmineralización de los tejidos duros del diente producida por los ácidos que provocan las bacterias, y estas bacterias necesitan para su metabolismo el azúcar. “Cuanto más azúcar se tome más ácido se produce”, advierte el Dr. Espín Galvez, maxilofacial del centro.
En el proceso de creación de una caries también forma parte la placa bacteriana, que es una película que recubre el diente y encías, y que se elimina tras los cepillados. Por lo tanto, cuanto peor higiene haya, más placa bacteriana habrá y más posibilidad de producir ácidos que dañen las estructuras vivas del diente, ya que cada vez que la placa entra en contacto con el azúcar, se produce ácido que ataca durante 20 minutos.
Para evitar el daño de la sacarosa es fundamental mantener una higiene dental adecuada, e intentar que el contacto con estos dure el menor tiempo posible y que la placa bacteriana este controlada y no crezca. “Pasar 10 minutos comiendo un pastel es mucho mejor para los dientes que saborear un refresco de limón con azúcar añadido durante 2 horas”, aclara el Dr. Espín Galvez de HLA Mediterráneo.
El Dr. Espín Galvez, coincide con la internista del centro en que hay que evitar los azúcares añadidos o agregados, y sobre todo los alimentos de esta clase que se quedan pegados a los dientes, ya que “son los más perjudiciales”. Además, para mantener un cuidado más especial de la dentadura también aconseja “no tomar azúcares entre comidas y evitar entre otros, los caramelos, galletas, tortas, patatas fritas y caramelos”.
Pero no toda comida es mala para los dientes. Los alimentos con alto contenido en fibras, como los vegetales y frutas crujientes, zanahoria, pepino, manzana y pera, son muy beneficios. “El motivo es que tienen un alto contenido de agua y estimulan el flujo de saliva, lo que ayuda a eliminar los restos de comida y amortiguar los efectos del ácido. Otros con bajo contenido en azúcar son las carnes, los quesos y los frutos secos, aunque estos últimos siempre teniendo en cuenta otros posibles efectos sobre metabolismo de grasas y de proteínas”, explica el Dr. Espín Galvez.