Obras del colectivo Monkey Urban Zoo llenan el Castillo de Roquetas

Obras del colectivo Monkey Urban Zoo llenan el Castillo de Roquetas

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Artistas del colectivo Urban Monkey Zoo.
Artistas del colectivo Urban Monkey Zoo.

El Castillo de Santa Ana en Roquetas de Mar acoge hasta finales de marzo una exposición del movimiento Monkey Urban Zoo surgido en Almería, y que se ha extendido rápidamente por las redes sociales.

En las salas 1 y 2 del Castillo se puede disfrutar de la pintura figurativa de Raquel Barruz, mientras que en el claustro se expone la obra fotográfica de Sonia González, Juan Carlos Ramírez y Pieter Van T. Westeinde. El horario de visita es de martes a sábado de 10:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas y los domingos de 11:00 a 13:00 horas.

La gente Monkey no es tribu urbana, no se les reconoce por su indumentaria, no pertenecen a ningún grupo de edad, es difícil identificarlos si no se está en su misma onda, el nexo de unión de sus miembros es simplemente “el amor al arte y la creatividad”, plasmadas en cualquier soporte, superficie y lugar.

El arte Monkey tiene como objetivo la democratización de sus  creaciones, esta es la esencia de su filosofía, pueden ser exhibidas en lugares fantásticos como en este caso el Castillo Museo de Roquetas de Mar, o en una calle cualquiera de la ciudad. Los límites geopolíticos no tienen sentido en un mundo globalizado, así que artistas Monkey hay en todos los países, hasta en la tribu más remota habrá siempre alguien que sea Monkey sin saberlo.

Juan Carlos Ramírez

El argentino Juan Carlos Ramírez expone varias fotografías donde hace un homenaje a los artistas urbanos que hacen arte en la calle. “Muchas veces los ves haciendo graffiti pero no le das importancia, y sin embargo, cuando hablas con ellos te das cuenta que son gente muy preparada. Las fotografías que expongo tienen una particularidad y es que se hicieron todas el mismo día”.

“Me críe en un barrio humilde y de “malos aires”  de la ciudad de Buenos Aires (Argentina) donde todo era demasiado gris, de color terroso. Mis recuerdos son imágenes y situaciones muy puntuales en la precariedad de la situación social que me rodeaba, allí aprendí a disfrutar de las cosas bellas que veía. Siempre tuve debilidad por la belleza, tanto de las personas como de las cosas en general, en la adolescencia tuve facilidad para las actividades prácticas y dibujo, me llamaba mucho la atención la profundidad y la perspectiva”, explica el fotógrafo.

Hace doce años que Ramírez llegó a España. “Ya asentado en Almería, poco a poco fue creciendo la idea de tener un proyecto fotográfico, relacionado con la fotografía urbana y el retrato. En este camino fui sumando amigos, compañeros con los que intercambio experiencias y aprendizajes. Autodidacta e intuitivo, en mis fotos trato de ser lo más simple que puedo, capto las imágenes como las veo siempre respetando la luz natural como herramienta principal”, apunta.

Sonia González

La relación con la fotografía de Sonia González comienza como un descubrimiento mágico que le proporcionaba mirar a través de una vieja Leica, y captar momentos cotidianos. Las primeras fotos son furtivas con la cámara de su padre cuando apenas contaba con trece años, disfrutaba pero a lo que ella quería dedicarse realmente era viajar y explorar el mundo, por eso enfoca sus estudios a los idiomas en lugar de la fotografía.

Nacida y criada en Stuttgart (Alemania) estudia Economía Internacional y sus ganas de viajar y de vivir aventuras la llevan a España en 1998, aquí adquiere su primera cámara; se instala en Ibiza y es en la paradisiaca isla  donde nacen las ganas de encontrar ese instante especial en el que tienes que decidir dejarlo atrás o captarlo para que no caiga en el olvido.

“El Mar y la Fotografía” son sus pasiones pero ninguna su profesión, busca  en el mar la libertad y en la fotografía una expresión paralela de su vida necesaria para descubrir y trascender sus límites expresivos. El estilo urbano, los colores de la calle y la individualidad de la gente del lugar le transmiten la sensación de acción, la cual es su verdadera razón por la que se declara Urban Straeet Photographer.

González en la exposición en el Castillo de Santa Ana hace un homenaje a la juventud en la calle que se dedican a hacer skateboarding y crear el arte en la calle. “Me gusta mucho observarlos, ver la pasión que le ponen y esa fue la razón por la que quiso retratarlos”.

“Esta muestra es en blanco y negro, aunque ellos destacan por su colorido ya que llevan una indumentaria muy llamativa. Pero esta exposición la he pasado a blanco y negro, porque quiero que el espectador se centre en el protagonista, en el movimiento, en el momento clave de hacer deporte y estar con los compañeros”.

Raquel Barruz

Raquel Barruz comienza a dibujar en 2003, a los veintitrés años, sus primeras clases de acuarela fueron con el maestro jienense Luis Cruz, y rápidamente se da cuenta que el dibujo le apasiona, comenzando así sus primeros dibujos a grafito, los resultados son buenos pero necesita técnica, por eso buscó a uno de los mejores pintores jiennenses de la actualidad, David Padila.

Con el maestro cordobés José Luis Muñoz, Raquel se desarrolla como artista, serán años donde experimente su mayor crecimiento como pintora, cambiará su técnica y a partir de ese momento pintará en tabla tratada, compaginará el color con el grafito y abarcará diferentes formatos. Diversas vicisitudes laborales la llevan a descubrir Almería, “La tierra de la luz”, y es aquí cuando conecta con el movimiento artístico Monkey,  así fue como con  artistas de otras disciplinas funda “Monkey Urban Zoo”.

Esta es su primera exposición, en ella pretende transmitir la fuerza del color en sus retratos, rostros de gente “normal” de la calle, captando el arte urbano del grafiti. Emprender esta exposición ha sido todo un reto que la ha hecho evolucionar artísticamente, como se puede apreciar en el trazo de sus cuadros que reflejan el trabajo de estos últimos cuatro años.

Pieter Van T Westeinde

Pieter Van T. Westeinde nació en Bruselas (1974), de madre holandesa y padre español. Gran parte de su vida la pasó en Holanda pero con un deseo y una pasión enorme por las tierras almerienses. Se enamoró de ese paisaje casi de cartón con el mar al otro lado, donde el sol siempre te sonríe y donde la gente hace su vida acompañada de una cultura alegre y muy diferente a la vida holandesa.

Hace diez años decidió que era ahora o nunca y se trasladó a Félix para quedarse y ser feliz, emprendiendo con pasión y entrega cualquier actividad de su vida.  Hace siete años comenzó a plasmar su forma de ver las cosas usando una cámara y  ha ido progresivamente enamorándose del poder de hacer visible lo que él observa.

Comenzó con fotos de paisajismo pero poco a poco dejó el paisaje natural por lo urbano y los humanos. En esta primera exposición lo que intenta plasmar son las emociones que se viven en la calle, algunas veces a la vista y otras tan ocultas.

En Roquetas muestra una interesante exposición fotográfica donde muestra lo que ocurre en la calle. Se ha introducido en el corazón del barrio de El Puche y ha realizado unas imágenes impactantes. “Hay otras imágenes que muestran la soledad en la calle y también me gusta mucho el paisaje urbano. Las he realizado en blanco y negro porque emana otras emociones”.

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