El 'Karaoke', solución para superar las frustraciones

El 'Karaoke', solución para superar las frustraciones

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Juanjo Artero, Neus Asensi, Elisa Matilla y Ángel Pardo dieron vida el pasado sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar a cuatro personajes desorientados en el montaje teatral Karaoke. Mientras una se siente una fracasada después de haber sido de los Chicos de San Ildefonso y haberse equivocado al cantar el premio gordo de la lotería de Navidad, la otra se había casado con un chino con la mala suerte de que la había abandonado dejándole la casa llena de objetos de una tienda a 100 pesetas.

Los protagonistas masculinos también se sienten un poco fracasados en esta vida. El dueño del Karaoke no encuentra una mujer a su medida, puesto que es un hombre superdotado y el otro protagonista que encarna Juanjo Artero, es un maniático, que cree que con respirar va a pillar alguna enfermedad contagiosa. Y encima vive en un parque donde llega incluso a dormir.

Todos ellos tienen una única ilusión como es acudir cada día a un karaoke de barrio donde cantan temas que asocian a los momentos felices de su vida. En ese lugar comenzaron a surgir sentimientos parecidos a la amistad o el amor. Y es que entre tantos momentos complicados, la música amansa las fieras. Se producirá una fuerte atracción entre dos de los protagonistas de la obra.

Un desamor, un divorcio, una tara física y un trauma profesional marcaban la realidad de unos protagonistas incapaces de triunfar en sus relaciones personales. Derrota, miedo, inseguridad, ironía y mucho humor fueron los elementos que construyeron esta comedia amarga dejando una puerta abierta a la esperanza. Buena interpretación de los cuatro actores, que consiguen salir del paso con brillantez.

Como curiosidad, antes del inicio real de la representación de la obra, Neus Asensi y Ángel Pardo estuvieron sobre el escenario sacando a gente del público para cantar en el Karaoke. Fue un preámbulo muy divertido a la comedia. Eso sí, entre el público había caras de sorpresa puesto que no esperaban algo así nada más entrar para buscar su butaca.

 

 

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