Las relaciones laborales protagonizaron ayer el congreso de Historia de la Transición

Las relaciones laborales protagonizaron ayer el congreso de Historia de la Transición

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Las relaciones laborales y el papel que las organizaciones sindicales tuvieron en la Transición española centraron la actividad de ayer martes en el Congreso de Historia de la Transición, que se celebra hasta el viernes en la sede almeriense de la UNED. En esta jornada destacó la aportación de Álvaro Soto, en la que detalló en papel de los sindicatos en el proceso y sus armas para lograr sus objetivos, como fueron la huelga y la concertación social.

En su ponencia titulada ‘Sindicatos, huelgas y concertación social’ ha dado una serie de ideas referentes al periodo y siempre desde su punto de vista donde ha insistido en la imprevisibilidad del proyecto a seguir durante la etapa de reforma, consenso y desencanto.  Centrándonos en el aspecto sindical, advierte del deseo de ruptura de estos diciendo que “el proceso de reforma condujo en la práctica  a una situación de ruptura”. Buscaban una mayor representatividad y una organización nueva. Fue un poder sindical fuerte con un nivel de representación alto y una notable capacidad de movilización. Los movimientos obreros de este momento rompen con ese reformismo y su presión hace ver al Rey que el camino debe ser cambiado si quiere garantizarse la permanencia. En otro sentido, la concertación social favoreció la constitución de sindicatos y la regulación de mercado. Por tanto la movilización fue el factor decisivo. Ha dicho que “la transición española favoreció la existencia de una poder sindical y su fortalecimiento”.

Por su parte, el profesor Abdón Mateos López, responsable de la Cátedra Exilio de la UNED ha desarrollado su ponencia bajo el título ‘Las relaciones entre PSOE y los sindicatos de clase’. Lo primero que ha destacado es que para conocer y comprender el desarrollo de los sindicatos durante la Transición, es necesario en primer lugar hacer un breve recorrido por la situación sindical en las últimas décadas del franquismo. El socialismo en el exilio tiene base trabajadora, con cultura sindicalista. En el exilio se llega a aliar con CNT. Para el socialismo exiliado era importante preservar el sindicato.

A partir de 1968 se comienza a defender la existencia de comités de fábricas, elegidos mediante asambleas. En este campo coincide la UGT con el sindicato USO. A partir de 1972, la UGT pasa a defender pactos con otras fuerzas sindicales. En estos momentos en que se vivía en la clandestinidad no había aún verdadera distinción entre la UGT y el PSOE.  Abdón Mateos López sostiene que fue la “segunda generación del exilio” (hijos de exiliados, y también emigrantes que al volver a España conocían las relaciones laborales en los países libres) la que desarrollará un papel determinante en la formación de los sindicatos en el interior de España.

La UGT, prosiguió su colaboración con USO, por ejemplo de cara a los acontecimientos del proceso 1001, pero esta unión desaparecerá en 1974 tras el Congreso socialista de Suresnes. Desde USO se intenta la “Reconstrucción Socialista”, un intento de unificar cada uno de los organismos socialistas locales e independientes hasta ese momento. Ya comenzada la Transición, en el verano de 1976, como consecuencia de la creación de la “Platajunta” por los partidos políticos, los sindicatos también se agrupan. Pero estos sindicatos no comparten objetivos más allá de la libertad sindical.

Tras las elecciones de 1977, se ve que el proyecto de la USO ha fracasado y el gran triunfador en la izquierda es el PSOE. Es en este momento cuando da comienzo un proceso de unificación entre la USO y UGT que finalizará en diciembre del 77. El proceso no es fácil ni estará exento de problemas, pero se conseguirá. La política sindical es un tema central en los años 1977-79, los socialistas aparecen preocupados por reforzar la UGT, frente al protagonismo de CCOO. Es en este momento cuando líderes socialistas participan en las campañas sindicales pidiendo el voto para los candidatos de UGT. Y viceversa, desde el sindicato se apoyará al PSOE de cara a las elecciones de 1979 y siguientes.

 

 

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