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Los recuerdos de una Almería noble y sencilla marcan el pregón de Enrique Marín Sorroche

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Enrique Marín Sorroche fue el encargado de pronunciar el pregón de la Semana Santa de Almería. El ex hermano mayor del Prendimiento rememoró, ayer, sus primero pasos como cofrade, de la mano de su abuelo y padre, y homenajeó a figuras históricas de las diferentes hermandades.

Pocos minutos después de las doce, subió al estrado del Teatro Apolo el pregonero de la Semana Santa 2014. Lo hizo tras las emotivas palabras de presentación de su buen amigo, Francisco Gómez Berjón que no escatimó elogios a su figura, definiéndole como “un hombre cristiano, trabajador incansable, amigos de sus amigos y fiel a sus creencias y valores hasta el extremo”.

Marín Sorroche comenzó un emotivo pregón echando la vista atrás. Recordó su infancia, las vivencias con sus hermanos y la sencillez y nobleza que encontraba en los almerienses durante estos años de su niñez. También volvió a sus orígenes en la Semana Santa almeriense, cuando de la mano de su abuelo y su padre esperaba, ilusionado, el cortejo del Santo Entierro y a la Virgen de la Soledad.

El pregonero avanzó para recordar al auditorio que “feas son las guerras, no sirven para nada”. Una introducción a la condena por el ataque al Convento de Santa Clara, en 1936, que quemó las imágenes del Narazeno y la Virgen de la Amargura. Rememoró las lágrimas de los almerienses de aquella época y la figura de Don Diego Ventaja y Don Manuel Medina “llevados como corderos que van al sacrificio” por la sinrazón de la violencia. Los puso como ejemplos, porque para Almería quiere “sacerdotes buenos, sacerdotes santos, que se entreguen, fieles a la doctrina de Cristo”.

No faltó tampoco en el pregón la autocrítica, y es que Enrique Marín Sorroche reconoció “esa apatía almeriense que tanto nos caracteriza”, ante lo que no dudó en pedir a los gobernantes “que Almería nos tiene que doler y llevarla en el corazón”. Fue el preludio del emocionante himno obra de Antonio Ledesma que hizo atronar los aplausos en el Teatro Apolo.

Tras citar a figuras reconocibles de cada una de las hermandades, el pregonero quiso también tener un guiño hacia los profesionales de la comunicación, que a través de la radio o del periódico llevan la Semana Santa almerienses a quienes no pueden vivirla en las calles.

Igualmente, agradeció el trabajo de la Agrupación de Cofradías para conseguir el resurgimiento de la Semana Santa y hacer posible que fuera declarada como de interés turístico nacional. En este sentido, Marín Sorroche valoró la labor realizada por las cofradías nacidas desde los años ochenta.

En el tramo final del pregón, Enrique Marín Sorroche quiso compartir este momento inolvidable con “tantos hombres y mujeres de bien… trabajadores incansables por sus cofradías, humildes en el oficio cofrade”, para despedirse con un canto de esperanza. “Este pregón se cierra en dos, el primero Amo a Dios sobre todas las cosas y el segundo, este es vuestro pregón, lo hice con el corazón, ahí quedó”.

Tras la lectura del pregón, el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, entregó el Escudo de Oro a Enrique Marín Sorroche, que también ha recibido un reconocimiento por parte de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, a través de su presidenta, Encarnación Molina.

El acto se ha cerrado con la actuación de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar de Huércal de Almería que ha intepretado: Perdón, de Nicolás Barbero, Beso y traición, de José Manuel Mena, Reo de Muerte, de Nicolás Barbero, Consuelo gitano, de Antonio Velasco, Estrella Reina del cielo, de José Manuel Mena, y el himno nacional para concluir.

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