La Junta ha localizado y consultado varios documentos de finales del siglo XIX y mediados del XX que indican la titularidad municipal de los torreones de Pescadería, situados en las calles Impresores, Valdivia, Ruano y en la Avenida del Mar. Esta investigación, que ha llevado a cabo el Departamento de Protección del Patrimonio Histórico de la Delegación de Cultura, Turismo y Deporte, responde a la iniciativa adoptada en el marco del Foro de la Alcazaba para dirimir la propiedad de estos torreones.
Los técnicos de Cultura han comprobado que están documentadas numerosas reparaciones de la muralla de Poniente o de la rambla de la Chanca construida en el siglo X y que se extendía desde la Torre de la Pólvora de la Alcazaba hasta la Torre del Tiro. Una vez que la ciudad de Almería dejó de ser considerada plaza fuerte y su sistema de fortificación resultaba innecesario, el gobierno autorizó el derribo de las murallas en la Real Orden de 26 de mayo de 1855. Las condiciones de la demolición, recogidas en la Real Orden de 27 de agosto de ese mismo año, establecían – además de la conservación de los baluartes del puerto para su defensa (baluarte de la Santísima Trinidad, plataforma de San Luis y la Torre del Tiro)-, que la muralla pasaría al Ayuntamiento que la derribaría a su costa quedándose en compensación con los materiales mientras que los solares resultantes serían propiedad de la Hacienda Pública.
Literalmente, la Real Orden de agosto dice que ‘las murallas que han de derribarse se entreguen al Ayuntamiento, el cual deberá por cuenta suya proceder al derribo, relleno de fosos, explanación y acarreos de escombro, dejando a favor de la expresada Corporación los materiales que puedan utilizarse, a la manera que se ha hecho en igual caso respecto a las Plazas de Valencia y Alburquerque’.
El 12 de septiembre de 1855 se entregaron las murallas al Ayuntamiento de Almería para su demolición. El derribo afectó a los torreones considerados no estratégicos, como los de Puerta de Purchena, Puerta del Sol, Puerta del Socorro y otros, y los lienzos de muralla que los unían. También se derribaron, en contra de la Orden de agosto, las fortificaciones catalogadas como estratégicas: el baluarte de la Santísima Trinidad, la plataforma de San Luis y la Torre del Tiro. Según el estudio de la Delegación de Cultura, sólo se conservaron las torres sobre las que nadie mostró interés urbanizador ‘quizás por ser zonas poco pobladas en ese momento’, como las de la rambla de la Chanca o las de La Fuentecica.
En la investigación se reseña que la gestión y venta de los solares resultantes fueron objeto de una serie de incidentes, conflictos y pleitos entre el Ayuntamiento, el Ejército y la Hacienda Pública que se alargaron hasta la Restauración.
Los técnicos del Departamento de Protección del Patrimonio Histórico también han localizado un documento de la Comisión Permanente Municipal del Ayuntamiento de Almería que, en su sesión del 13 de febrero de 1958, acordó por unanimidad consolidar, entre otros espacios, la parte de muralla existente en la rambla de la Chanca a raíz de una comunicación del gobernador civil de la provincia sobre la conservación de los castillos del término municipal.
El delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta, Alfredo Valdivia, ha explicado que se ha remitido al Ayuntamiento de Almería un informe con los resultados de esta investigación histórica.