La geoda de Pulpí está acostumbrada a esperar. Después de pasar miles de años escondida en el interior de la tierra, este tesoro de la naturaleza está obligado a ver cómo las diferentes administraciones retrasan su puesta en valor. Descubierta hace once años, este conjunto de cristales único en Europa está llamado a convertirse en uno de los mayores atractivos turísticos de la zona. Ahora la pregunta es cuándo.
El entorno de la geoda de Pulpí fue visitado, este jueves, por la directora general de Calidad, Innovación y Fomento del Turismo, Manuela González, y por las autoridades locales. En esta visita, la represante de la Administración andaluza comunicó a los ediles su intención de replantear el proyecto de puesta en valor, firmado hace seis años entre el Ayuntamiento de Pulpí y tres consejerías de la Junta.
Ahora con la crisis resulta prácticamente imposible hacer frente a una actuación cuyo coste ronda los dos millones de euros, de ahí que la Junta considere la necesidad de revisarlo y, también como una nueva posibilidad, dar entrada a capital privado.
Para ello, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Pulpí tendrán que reunirse para estudiar las nuevas fórmulas de financiación del proyecto para la puesta en valor del entorno de la mina Quien tal pensara, donde apareció la geoda.
La geoda de Pulpí es un conjunto de cristales de yeso único en Europa. La calidad de sus cristales la convierten en uno de los escenarios naturales más bellos y también en un espacio privilegiado para estudiar los diferentes estados climáticos acontecidos en el pasado más remoto.
La geoda fue descubierta por un grupo de espeleólogos aficionados, que realizaban una exploración en el interior de la mina. Según explicó a Nova Ciencia uno de ellos, Manuel Guerrero, el interés por los cristales de Pulpí es muy elevado, tanto por su calidad como por su belleza.
