El análisis de la evolución de la siniestralidad laboral almeriense en el año 2009, refleja un insuficiente descenso. Que el número total de accidentes de trabajo (18.212) baje un 14,34%, que el número de accidentes graves (89) suba un 13,64% y que el número de accidentes sin baja suba también un 3,14%, teniendo un incremento del desempleo del 25% y, lo que es más dramático, con 14 personas fallecidas en accidente de trabajo; todo ello nos lleva a la conclusión de que nos queda mucha tarea por hacer hasta el objetivo final de siniestralidad cero.
Ante la siniestralidad, ¿qué podemos hacer? Teniendo en cuenta las cifras de 2009 y que el inicio de este año es pésimo porque ya se ha cobrado la vida de 6 personas. En 2010 se hace imprescindible un mayor compromiso por parte de los empresarios en la aplicación de las medidas en materia de PRL. Esto se haría patente si aplicaran lo que ya está aprobado (con la firma de la Patronal) en la Estrategia Nacional de Seguridad y Salud de 2007, que, entre otros puntos, prevé la creación de los Delegados/as Sectoriales y Territoriales de Prevención de Riesgos Laborales, cuyo campo de actuación son las PYMES y micro PYMES. En la Negociación Colectiva, la Patronal se opone sistemáticamente a que Delegados/as de Prevención puedan visitar empresas para informar a los trabajadores/as sobre sus derechos y obligaciones en materia preventiva. ¿por qué, si ellos firmaron el acuerdo nacional? ¿Tienen algo que esconder?
En el “negocio” de la Prevención también actúan los Servicios de Prevención Ajenos (algunos vinculados a las Mutuas), que son los que deben asesorar a los pequeños/as empresarios/as y no entrar en una guerra de precios meramente mercantil que repercute en la calidad del servicio que deben prestar. No es de recibo que se hagan evaluaciones de riesgos sin visitar el centro de trabajo, que se copien documentos que no resisten la más mínima lectura, etc. Esa forma de actuar potencia la idea errónea y muy extendida en el pequeño empresariado, de que la Prevención es “un papel” más que exige la Administración, que hace alguien (lo más barato posible) y que se guarda por si viene la Inspección; cuando debería ser un documento “vivo” de continua mejora del proceso productivo para evitar los accidentes.
Para UGT-Almería es primordial la implicación de la Administración en su deber de velar por el cumplimiento de la Normativa Preventiva. Para ello es vital que se amplíen las plantillas de la Inspección de Trabajo y de los Técnicos Habilitados de la Junta.
El ejemplo de la Seguridad Vial, donde se han reducido los accidentes gracias a una combinación de formación e información con medidas coercitivas (sanciones, carnet por puntos), nos debe hacer reflexionar. Está claro que las inspecciones tienen un doble efecto: 1º ante la propia empresa y 2º ante el resto que ve que no existe la impunidad.
UGT Almería es consciente de que corren tiempos difíciles, pero precisamente por la dificultad, no debemos bajar la guardia en lo que se refiere al mantenimiento de los niveles de seguridad y salud en el trabajo, hay que incrementar los esfuerzos y que la palabra crisis, no se transforme también en sinónimo de accidentalidad.
No hay que olvidar que detrás de las cifras hay personas con nombre y apellidos que han fallecido por el mero hecho de ir a trabajar, hay familias que sufren, que ven como de repente les cambia la vida por la muerte/enfermedad de su familiar, etc., etc.
UGT seguirá trabajando para que la sociedad en general no vea los datos de siniestralidad como un “tributo” que hay que pagar por el progreso y por la actividad profesional, sino que todos los accidentes laborales se pueden evitar si se cumple la Ley.
El análisis de la evolución de la siniestralidad laboral almeriense en el año 2009, refleja un insuficiente descenso. Que el número total de accidentes de trabajo (18.212) baje un 14,34%, que el número de accidentes graves (89) suba un 13,64% y que el número de accidentes sin baja suba también un 3,14%, teniendo un incremento del desempleo del 25% y, lo que es más dramático, con 14 personas fallecidas en accidente de trabajo; todo ello nos lleva a la conclusión de que nos queda mucha tarea por hacer hasta el objetivo final de siniestralidad cero.
