¡Gracias, maestro!

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Juan Domingo Nicolás dedicó unas emotivas palabras a Julio Alfredo Egea.

Julio Alfredo Egea es un referente para la cultura de Almería. Su obra ha servido de fuente de inspiración para nuevas generaciones, un ejemplo a seguir en el que se aúnan la «ética y la estética», presentadas con un lenguaje de «especial belleza». Así definieron, ayer, varios de los autores almerienses actuales, que arroparon a su maestro, el día de la presentación del cuarto volumen de las Obras Completas de Julio Alfredo Egea, dedicado a su trabajo en prosa.

Todo eran elogios en el Centro de Cultura de Cajamar, donde se presentó el cuarto volumen de la colección editada por el Instituto de Estudios Almerienses. Y no es para menos, ya que Julio Alfredo Egea es uno de los grandes escritores de este país, comentaban algunos, y también de los más desconocidos fuera de la provincia de Almería, lamentaban otros como Juan José Ceba, que reclamó la divulgación de la obra del maestro allende las fronteras almerienses.

Ceba comparó el caso de Julio Alfredo Egea con el de Elena Martín Vivaldi o Jorge Guillén, grandes autores cuya otra todavía no ha alcanzado la popularidad que se merece. En la obra de Julio Alfredo Egea se plasma «su humildad y la fuerza de su palabra», dijo la escritora Pilar Quirosa, una obra que «ahonda en las raíces del ser humano y en su singularidad» y que «reivindica valores éticos y estéticos», añadió.

La pasión por la obra y la figura de quien fuera alcalde de Chirivel quedó patente ayer con las palabras del director del IEA, Rafael Leopoldo Aguilera, quien reclamó a la Universidad de Almería reconocimientos para Julio Alfredo Egea: «que sea nombrado doctor honoris causa o que se cree una cátedra con su nombre», pidió.

El volumen presentado ayer, el cuarto de la colección que nació a partir de la iniciativa de Juan José Ceba, recoge su prosa completa, un trabajo quizás menos conocido que el poético, pero igualmente rico.

En esta obra se encuentran varias semblanzas sobre la tierra y las gentes almerienses, con sus contrastes, sus hermosuras, la importancia de su historia y de su naturaleza, la gran categoría humana del personal…Se trata de semblanzas desde la mirada de la poesía, en busca de lo peculiar dentro de cada lugar.

El cuarto volumen de las Obras Completas se estructura en tres capítulos: Mi tierra, mi gente (1992); El alma. Por camino de encuentros (artículos, colaboraciones, discursos, pregones y prólogos); y Conversaciones con Julio Alfredo Egea. Entrevista de Modesto García Jiménez.

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