¡A quién molesta Cristina Narbona!

¡A quién molesta Cristina Narbona!

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miguel Ángel BlancoEl medio ambiente es un personaje extraño ymolesto para el sistema establecido. Y ejemplo de ello es el panorama actual ylo que se avecina. En resumen, corren malos tiempos para el medio ambiente, enEspaña, en Andalucía y, por supuesto, en Almería. La presencia en Almería deCristina Narbona, vinculada al movimiento ecologista andaluz en sus añosjóvenes, ex-parlamentaria por Almería, ex-ministra de Medio Ambiente y actualembajadora española en la OCDE, el pasado lunes 17, ha estado justificada porla entrega de la ‘Mención Duna’ que concede anualmente el Grupo EcologistaMediterráneo (GEM): “Cristina Narbona se convirtió en la cabeza visible delproceso que debe concluir con la demolición del hotel de El Algarrobico”.

El reconocimiento ecologista ha puesto en el balance positivo de la ex-ministra cuestiones como el deslinde de la costa (“ante el avance de las urbanizaciones”), derogación del Transvase del Ebro (“una amenaza y un despilfarro en obras públicas y en costes energéticos”), Ley de Responsabilidad Ambiental que entrará en vigor en 2010 (‘quien  contamina, paga y repara el daño causado’). Un buen balance, en general, para quien fue defenestrada para el segundo gobierno presidido por Rodríguez Zapatero, lo que augura desde el principio un futuro pesimista para el medio ambiente.

A nadie se le oculta que la gestión de Cristina Carbona colisionó con los ministerios de Agricultura y de Obras Públicas. Y curiosamente el anterior Ministerio de Medio Ambiente ha sido insertado en el mundo agrícola, con su ministra, Elena Espinosa, al frente. La ambigüedad actual del socialismo establecido en materia medioambiental resulta sospechosa en España, Andalucía y Almería. Los tiempos de crisis anuncian grandes 

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sacrificios ambientales, como si la protección de la naturaleza y el desarrollo sostenible solo sirvieran para los tiempos de bonanza. El medio ambiente se convierte así en una triste moneda de cambio en política. No extraña, pues, que el GEM mostrara su preocupación en el acto de entrega de la ‘Mención Duna’, porque “en la nueva legislatura se otorgue un papel secundario al medio ambiente, al integrar el extinto Ministerio en el de Agricultura y Medio Rural, lo que podría supeditar sus actuaciones a otros intereses y políticas”.

El acto del GEM, para un observador atento, tuvo aspectos interesantes, de presencias y ausencias. No estuvo, por ejemplo, Martín Soler, ex-secretario provincial del PSOE y actual consejero de Agricultura, quien acusó, en un artículo, a la gestión de Cristina Narbona en el Ministerio, por la política de aguas, de ser responsable de que el PSOE perdiera las elecciones en Almería. A estas críticas contesto la ex-ministra con otro artículo donde puntualizaba la realidad. La derrota del socialismo almeriense va por otros rumbos, entre ellos la degradación de los ideales. La ausencia del consejero de Agricultura, en cierto modo, era de esperar. Sí estuvo en cambio, Juan José Luque, ex-delegado de Medio Ambiente, quien acudió a pesar de no olvidar haber recibido el castigo del GEM con el ‘carbón’ hace unos años. Lo cortés no quita lo valiente y nobleza obliga. No estuvo en cambio el actual delegado, Clemente García. Sorprendió el presidente de Diputación, situado junto a Cristina Narbona, un gesto que se ha interpretado como un intento de Juan Carlos Usero de desmarcarse de Martín Soler. También estaban Diego Asensio, secretario del partido y senador, y Juan Callejón, parlamentario. Y por supuesto, el sector crítico del PSOE, Nono Amate y Fernando Martínez, entre otros, con los que Cristina Narbona se siente más próxima. Hubo quienes habían respaldado a Martín Soler y criticado a la ex-ministra, pero que en la noche del lunes suspiraban por hacerse una fotografía con Cristina Narbona. Comentarios, pues, en voz baja sobre presencias y ausencias, todos los que quieran.

Cristina Narbona, una personalidad de una gran brillantez (quizá éste haya sido el gran problema de la ex-ministra, ya que en política la brillantez suscita muchas envidias), expresó su visión sobre la problemática ambiental de Almería  en una entrevista en 1999 con este periodista. Entonces era portavoz de Medio Ambiente del Grupo Socialista en el Congreso, “hay que plantearse el tema ambiental globalmente, pero hay que tener voluntad para ello”, y sus opiniones fueron y son reflejo de lo que hoy día ocurre en este paisaje, “en Almería se está tocando techo en aguas subterráneas y suelo… Almería es una de las provincias más machacadas en sus recursos hídricos. Están en retraso las previsiones… No hay recursos y si no se hace un pacto con el sector agrícola y la Administración el futuro es muy oscuro”. Recordó Cristina Narbona su etapa al frente de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, “en el PSOE no se prestaba entonces demasiada atención al medio ambiente, ha sido la etapa más dura de mi vida, llegué  a perder el sueño. Encontraba pocas convicciones ambientales en mis compañeros…”  Opinaba entonces Cristina Narbona que “el medio ambiente necesita de una vuelta de tuerca, convencer a la gente que defender el medio ambiente es defender la salud”.

Han pasado unos años y sus opiniones siguen vigentes. La ex-ministra fue apartada de la política ambiental, para alegría de propios y extraños, porque molestaba para propiciar un cambio en la política ambiental, como está ocurriendo. Plena satisfacción en especuladores en general y de todos aquellos que esperan ahora aprovecharse en medio de la confusión por la crisis; y a que se despeje el horizonte para volver a la carga. Entonces, como siempre, el movimiento ecologista, periodistas comprometidos, colectivos sociales y otros protagonistas, como Cristina Narbona, los estaremos esperando. En estado de alerta.

(Publicado enIDEAL, jueves 20 de noviembre, 2008, página 25).

 

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