Guggenheim de Nueva York, nuevo ‘invitado’ del Museo Picaso de Málaga

Guggenheim de Nueva York, nuevo ‘invitado’ del Museo Picaso de Málaga

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Cuando el pasado mes de marzo el MPM presentaba la obra Cabeza de mosquetero (Mougins, 1968) del Museo de Málaga, primer museo invitado, ya se estaba fraguando la continuidad del proyecto con una invitación cursada al Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York que ha venido a estrechar los vínculos internacionales del Museo Picasso Málaga.

Langosta y gato, que se exhibirá en la sala XI hasta el próximo 20 de enero de 2013, da fe de la inquebrantable energía del artista en sus últimos años de vida. El óleo muestra la habilidad de Picasso para plasmar formalmente asuntos de humorística apariencia: ambos animales son potencialmente tan inocentes como peligrosos. El gato presenta un aspecto amenazador ante un marisco que exhibe una actitud de ataque. Algunos críticos apuntan a que el tema tiene su antecedente en La raya (1728, Musée du Louvre, Paris), obra del artista francés Jean-Baptiste-Simeón Chardin. Lo sorprendente en este trabajo de Picasso es cómo el artista retiene la anécdota humorística de una pintura del siglo XVIII, centrándose y aumentando el encuentro entre el gato y la langosta en una efectiva metáfora de una agresión y defensa provocada por el miedo. Picasso trabajó en varias ocasiones en la transformación de lo monumental en miniatura, de lo insignificante en importante, y viceversa. La sala XI del Museo Picasso Málaga ha sido la escogida para ubicar la obra dada la temática de que aborda.

Conocida familiarmente entre el personal del MPM como la sala del bestiario, las obras allí expuestas evidencian la importancia en la vida y en la pintura de Picasso de los animales, casi siempre del ámbito doméstico que le rodeaba y excepcionalmente, del hábitat en el que vivió.

La obra pertenece a la Colección Thannhauser del citado museo neoyorquino, fondo que proviene de la generosidad de Justin K. Thannhauser (1892–1976), hijo del marchante y galerista fundador de Moderne Galerie de Munich en 1909, Heinrich Thannhauser. En el año 1963 Justin K. Thannhauser donó a la institución una importante colección de arte moderno francés que incluía más de treinta obras de Pablo Picasso. Tras la muerte del benefactor, su viuda realizó asimismo nuevas donaciones entre 1981 y 1991. Esta colección recorría el periodo inmediatamente anterior a la colección inicial del Solomon R. Guggenheim Museum, lo que posibilitó al museo el poder ofrecer a sus visitantes una completa narración de la historia del arte moderno desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Langosta y gato entró en la colección del Solomon R. Guggenheim Museum en 1991 con el legado de Hilde Thannhauser, segunda esposa de Justin K. Thannhauser, que había colaborado con su padre Heinrich en la famosa galería muniquesa que llevaba su apellido. Apostando por la vanguardia artística en su excelente y ecléctico programa de exposiciones, los Thannhauser acogieron en 1913, en su Moderne Galerie, la primera gran retrospectiva de Pablo Picasso. Se inició entonces una estrecha relación entre Justin K. Thannhauser y el artista, que se mantendría hasta la muerte de este en 1973. Arriba, a la izquierda, Langosta y gato está dedicado “Pour Justin” y firmado por su “ami” Picasso. En las condiciones del Legado Thannhauser se especifica que sus fondos han de estar expuestos de manera casi permanente en las galerías a él dedicadas en el edificio neoyorquino. Por esa razón, Langosta y gato se ha visto muy poco fuera de Nueva York y es la primera vez que se puede ver en España.

El museo debe su nombre a su fundador, Solomon R. Guggenheim, un magnate americano que, alentado y guiado por la artista y asesora de arte Hilla Rebay, inició una colección de arte a finales de los años veinte. Al principio, la propia suite de Guggenheim en el Hotel Plaza de Nueva York servía como espacio de exposición para su colección de arte. Más adelante, en 1937, cuando su colección había crecido demasiado creó la Fundación Solomon R. Guggenheim. Dos años más tarde abrió su primer museo: el Museum of Non-Objective Painting (Museo de Pintura No Objetiva), en la calle 54 este de Manhattan. Cuatro años después, la Fundación pidió al innovador arquitecto Frank Lloyd Wright que diseñara un edificio permanente para albergar la creciente colección de arte de Guggenheim, que en ese momento incluía obras de Vasily Kandisky, Marc Chagall, Robert Delaunay, Fernand Léger, Amedeo Modigliani, László Moholy-Nagy y Pablo Picasso. Wright empleó 16 años, 700 bocetos y seis conjuntos de planos diferentes hasta completar el proyecto.

El arquitecto tuvo en mente diversos emplazamientos en Nueva York antes de decantarse por la actual ubicación en la Quinta Avenida, entre las calles 88 y 89. La cercanía a Central Park era fundamental para Wright: no sólo proporcionaba un auténtico descanso del ruido y el tráfico de la ciudad, sino que además era una fuente de inspiración. Y así, el 21 de octubre de 1959, abría sus puertas el Museo Solomon R. Guggenheim con su característica silueta en espiral, que se ha convertido en un emblema de la ciudad de Nueva York.

El proyecto Museo invitado está teniendo una muy buena acogida tanto entre el público como entre las pinacotecas a las que se solicita que presten una obra de Pablo Picasso de manera temporal. Se trata de aportar un nuevo valor al recorrido que ofrece la colección permanente del Museo Picasso Málaga, una colección compuesta por 233 obras que abarca las innovaciones revolucionarias de Picasso, así como la amplia variedad de estilos, materiales y técnicas que dominó.

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