Fiesta y carretillas de fuego en Cantoria

Fiesta y carretillas de fuego en Cantoria

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ImageComo cada año Cantoria celebra la festividad de SAN ANTON (Santo del Fuego) y Patrón de la Villa, con su tradicional tirada de carretillas en la que son los propios habitantes los protagonistas de los actos, pues viven y sienten de forma y modo extraordinario tan especial festejo. Por su colorido, alegría y sobre todo por la gran cantidad de pólvora que se quema en la noche del 16 de Enero (noche de carretillas). Como cada víspera del DIA de San Antón, los cantorianos empiezan a preparar la noche que les espera y que supone la culminación de dos meses de trabajo preparando las carretillas. 

“ Se trata de canutos que antes eran de caña y ahora son de cartón, "canillas" de 16, 18 ó 22 milímetros de diámetro, rellenas de un preparado compuesto de pólvora y limadura de hierro. Antes de rellenar la canilla, se le hace el "oído" (pequeño agujero que queda en un extremo) con ayuda del "atacador" y la "tetina" y luego se añade la mezcla de pólvora y limadura, esta vez usando sólo el atacador, con golpes contados como "pares". Una vez cargada la carretilla, se le hace un tapón de greda (el mismo material que se empleó para el oído) y ya está lista para ser probada y ver si las proporciones de los "pares" han sido apropiadas, pues es ahí donde está el secreto de una buena carretilla, que no debe explotar ni elevarse, sino mantenerse a ras del suelo, colear mucho y no estallar.”

Las distintas peñas y agrupaciones compiten para ser ellos los productores de las mejores carretillas, que tiran al llegar la esperada noche del 16 de enero. Cada peña fabrica gran cantidad de carretillas (11.700 hizo la peña San Antón en el 1993). Días antes, se puede oír a los carretilleros probando su trabajo y, ya la víspera de San Antón, los vecinos se afanan en proteger sus puertas, ventanas y fachadas, pues éstas pueden acabar, como poco, tiznadasNo hay datos escritos sobre el origen de esta fiesta, pero se cree que surgieron en el siglo XVI, cuando la expulsión de los moriscos. Según los más ancianos, hoy solo se conserva las “carretillas”, aunque en cantidad y calidad se está llegando a los años de nuestros antepasados, ya que está resurgiendo la fiesta año tras año, al igual que la procesión del CARRETILLERO en la tarde del 16, que consiste en trazar un itinerario, y en cada esquina se construye una gran hoguera de leña y enseres viejos de las viviendas que son aportados por todos los vecinos, ya que se dice que la familia que no aporte algo a esta hoguera esa noche se puede quemar. Las dos imágenes de la procesión, San Antón y San Cayetano, son llevados a hombros por los carretilleros. Durante la procesión son bailados y alabados con el grito de “¡Vivan los Santicos benditos!” y el acompañamiento de la banda de música local. 

A partir de las ocho de la tarde, empiezan la gente a salir a la calle ataviada con una indumentaria, que evita entre otras cosas, las posibles quemaduras. Siendo típico el llevar una larga bufanda blanca rodeada al cuello, y como no, el imprescindible “talín “, recipiente de madera colgado al hombro en el cual se transportan las carretillas. Las fogatas y lumbres aparecen por cada esquina y los carretilleros se dirigen hacia la iglesia donde queman sus primeras carretillas, “! Esta para San Antón ¡”, decimos, buscando con ello la protección del Santo para no quemarnos. Seguidamente nos dirigimos a las casas de nuestros seres más queridos, padres, novias, amigos, familiares etc. Para continuar el ritual y dedicarles nuestras mejores carretillas. Estos personas queridas nos llaman o reclaman desde su ventanas brindadas con telas metálicas con la frase de “Carretillero borde, tírala que está meá “.

Se va en grupos de amigos llamando a las puertas de las casas, donde se entra para beber vino y comer embutidas caseros de las matanzas. Después de avituallarse un poco se sale de nuevo a la calle, donde se tiran “carretillas” que saltan y corren como locas, enredándose en nuestros cuerpos, y produciendo un bello espectáculo de luz, color y sonido que sin duda transmite sensaciones inenarrables. De esta forma entre cánticos de carretilleros y golpes de tambores, se llega al amanecer repitiendo una y otra vez el mismo ritual. En la parte inferior izquierda del Santo Patrón “San Antón” hay un pequeño cerdo llamado “marranito de San Antón “, esto es debido a que algunos familiares del pueblo hacían promesa, y en ofrenda al Santo. Echaban un cerdo a la calle que deambulaba por todo el pueblo y era alimentado con lo que le ofrecían en las casas donde se acercaba. A este animal se le trataba con mucho cariño, ya que era un sacrilegio hacerle algún daño. No obstante esta tradición se perdió hace unos años, a consecuencia de los desperfectos que el propio cerdo ocasionaba en los jardines y demás dependencias de numerosas viviendas del municipio. 

Sobre el mes de noviembre, gran parte de los jóvenes del pueblo se reúnen en peñas para realizar la “faena de las carretillas” cuyo procedimiento es muy arriesgado y trabajoso. Antiguamente las carretillas se hacían de caña de uno s13 a 15 cm. de largo, las que estos jóvenes fabrican hoy se hacen en cartuchos de cartón rellenas de pólvora y limadura de hierro, taponando este por un extremo llamado “culo “que se hace con greda, y por el otro extremo del tubo “cebo”, que es igualmente greda con un pequeño orificio por el cual sale la pólvora en forma de “chispoteo”. Por este extremo se le pega fuego con una mecha y se lanza hacia el suelo, corriendo varios metros. 

Las de las carretillas es una de las fiestas populares que mayor peligro supone, como todas aquellas en las que el fuego o la pólvora son los elementos básicos. Cada vez son más infrecuentes los accidentes durante esta noche, aunque siempre se salda la fiesta con algún que otro pequeño quemado. El hecho de que las carretillas se confeccionen actualmente en tubo de cartón merma los riesgos de accidentes, pues unos años atrás, cuando se hacían de caña del río eran mucho más peligrosas, ya que el envoltorio era de menor calidad y se producían numerosas explosiones, de hecho, no se producen incidentes graves desde haces unos cuarenta años, en que por desgracia se tuvieron que lamentar varios fallecidos. Aunque las carretillas se tiran la noche del 16, el ambiente se vive unas semanas antes, ya que las peñas de jóvenes que las fabrican, suelen hacer pruebas en las esquinas, para comprobar como va el proceso de la misma. Estas pruebas se realizan con la carretilla atada a través de una cuerda y esta a su vez a una piedra pesada que se coloca en el suelo. Los vecinos protegen sus casas, tapando puertas y ventanas con telas metálicas y planchas de madera y dejando siempre una pequeña ventana en la parte superior de la vivienda, para poder presencial la tirada de carretillas en la noche de la fiesta. 

 

En la víspera, noche del 15, se realizan “Las Pruebas”, que consisten, en tirar cada carretillero tres carretillas de una en una y atadas en el suelo. Esta práctica se suele hacer en la Plaza del pueblo y con la presencia de todos los vecinos, siendo estos con sus aplausos y vítores quienes eligen las mejores de ellas, obsequiando a su elaborador con el galardón de “MEJOR CARRETILLERO DEL AÑO”. Y parta que continuación, el Ayuntamiento organice una gran barbacoa, con grandes cantidades de carnes y embutidos del pueblo, y estos a su vez regados con nuestro famoso vino del PAIS. Estos actor como los demás, van cada año en auge, ya que son muchas las personas de otros pueblos limítrofes que nos visitan y acompañan.

Pasada la noche se la fiesta 16, y dando la bienvenida al nuevo DIA, 17 “SAN ANTON”. Cantoria, se despierta con la diana de la banda de música y lanzamientos de cohetes. Sus calles parecen grandes alfombras de cenizas y carretillas quemadas, que quedan esparcidas por todo el pueblo, y con la pregunta en boca de todo Cantoriano “¿Se quemó alguien anoche?” En la actualidad y en términos medios, se puede calcular en unos dos mil kilos de pólvora los que se queman, y con la que se obtienen unas 170.000 carretillas. El Ayuntamiento de Cantoria, con motivo de estas fiestas, publicara un bando en el que se pedirá a todos los vecinos que vallan a participar en las carretillas, que se abstengan de producir daños intencionados en las personas y fachadas debiendo adoptar las medidas necesarias para que la fiesta transcurra por los cauces del más estricto respeto a los bienes ajenos.

( La ermita que se levanto en honor de San Antón fue construida en el siglo XVI, situada en el Noroeste de la población y muy cerca de las casas habitadas. Está enclavada en la cima de un pequeño monte rocoso, vigilando y visible en todo el pueblo.) 

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