El Convento de Las Puras es un remanso de paz en mitad del centro histórico de Almería, donde viven diez monjas, que pertenecen a la Orden de la Inmaculada Concepción, la misma que hace 500 años construyó el Convento de Las Puras, y que han visto alterada su rutina este sábado con la visita de más de 200 almerienses que se han quedado maravillados por la belleza estética de este enclave, especialmente los dos claustros, que forma parte de la memoria e historia de la ciudad.
Con el máximo respecto a esta congregación de clausura, la Asociación Amigos de la Alcazaba ha desarrollado una de las actividades que mayor interés ha despertado dentro de la conmemoración del V Centenario del Convento de Las Puras. De esta manera, las cien plazas iniciales se han duplicado, hasta superar las 200 personas, en dos turnos, recibidos con una sonrisa y la máxima amabilidad de unas monjas que se han asomado y, algunas hasta charlado, con los almerienses, a pesar de estar muy poco acostumbradas a las visitas.
Eduardo Blanes, arquitecto restaurador del Convento, ha explicado que “el convento se estructura como una microciudad con todos los servicios para el desarrollo de la vida de clausura”. Una frase que amplía en el sentido de que “tiene una parte pública, donde se relacionan con la sociedad, y que es el compás (un patio de entrada) y la Iglesia, y una zona para la contemplación y oración, compuesta de dos claustros, el refectorio (comedor común), sala capitular, cementerio, salas de trabajo y las celdas (sencillas habitaciones), además de otros servicios básicos como cocina, lavadero, etc.
En la visita también ha participado María del Rosario Torres, profesora emérita de la UAL e investigadora, que ha destacado que “su funcionamiento muestra el origen medieval, y apenas ha sufrido transformaciones a lo largo de la historia”.
Eduardo Blanes define el Convento de Las Puras como “un conjunto de edificios, que cubren una manzana completa”. Eso es debido a su origen, unas antiguas casas árabes, que tras la reconquista de los Reyes Católicos, el primer alcaide cristiano de la ciudad, Gutiérrez de Cárdenas, cedió en testamento, y que su viuda, Teresa Enríquez, entregó a la Orden de las Concepcionistas Franciscanas.
María Teresa Pérez, presidenta de la Asociación Amigos de la Alcazaba, expresa que “queremos que los 500 Años de Las Puras sea una conmemoración de toda Almería y el interés de la visita es un buen ejemplo”. En esta línea, en el programa, compuesto por siete conferencias, tres visitas guiadas y un concierto, colaboran el Ayuntamiento de Almería, a través del Área de Cultura; el centro asociado de la UNED, la Universidad de Almería, la Diputación Provincial a través del Instituto de Estudios Almerienses; y la coral Virgen del Mar.
Las conferencias proseguirán el 12 de noviembre, a las 19 horas, en el Museo de la Guitarra con ‘Convento de la Purísima: arquitectura y patrimonio artístico’, a cargo de la profesora emérita de la UAL, María del Rosario Torres. El programa está coordinado por Alfonso Ruiz, profesor de Historia del Arte de la Uned, y Francisco Verdegay, vicepresidente de Amigos de la Alcazaba,