La escritora Antonina Rodrigo protagonizó el Aula de Literatura de Roquetas de Mar, que se celebró en el Castillo de Santa Ana. La autora granadina, afincada desde hace más de 50 años en Barcelona, se mostró muy contenta y feliz de visitar Roquetas, “un lugar extraordinario” y “os felicito por recuperar este Castillo de Santa Ana para el disfrute de todos los vecinos y visitantes”. Junto a la escritora participaron el concejal de Juventud, Francisco Martínez y la coordinadora del Aula de Literatura, Pilar Quirosa.
Rodrigo comenzó su intervención recordando la figura del almeriense José Molina. ”Lo conocí en la tumba de Machado en 1969. Era un ser absolutamente amoroso y era un hombre muy modesto. Ya pedimos en su momento una calle dedicada a Molina en su Chercos natal. Este hombre tan bueno tuvo una vida extraordinaria, y conoció el exilio desde niño junto a su padre, que fue alcalde de Chercos”.
También recordó a Antonio Vargas Rivas, pescador de Adra. “Yo lo conocí cuando estuve en Oxford y yo hacía el libro de Trueta. Era un camarero que trabajaba en un restaurante de un español, donde estaban especializados en paellas. Antonio me guardaba paella cada día que iba al restaurante. Fue cuando me contó su historia, lo había pasado muy mal, había acabado en África, y allí se había unido al ejército británico”.
“Estuvo separado de su mujer y sus hijas nueve años. De ese reencuentro escribí muy emocionada porque ellos habían mantenido su amor a pesar de la distancia. Descubrí a un ser humano, poeta, que te habla de su amor, de la nostalgia”, contó Rodrigo.
“Yo pedí una ayuda para hablar de Margarita Xingú y de Lorca en Sudamérica. Preparaba un libro sobre la mujer en el exilio. Ese material fue maravilloso, porque allí acudían las gentes, eran los años 80. Yo me traje un material increíble. Eso se lo debo a la Generalitat de Cataluña de aquella época”, subrayó.
Antonina Rodrigo habló del exilio, algo que ella tanto ha estudiado a lo largo de su vida. “Franco lo que hizo muy bien fue callar bocas con torturas”. Yo empecé con Mariana de Pineda en la época de la Dictadura. También tuvo palabras para la almeriense María Enciso, que “fue una persona muy importante en Almería. Esta mujer fue un puntal en el exilio, murió pero su poesía es una maravilla”.
En la charla con el público asistente al acto en el Castillo de Santa Ana, Antonina Rodrigo subrayó que “he escrito un libro sobre Federica Montseny, sobre todo como mujer, porque siempre se la trata como icono de luchadora y mujer fuerte. Yo tenía una visión distinta de ella porque mi madre cuando era yo una niña me decía que Federica llenaba las plazas de toros. Yo andaluza, pensaba que era una mujer torera. Era una mujer gruesa que llevaba un vestido de flores, y no tenía nada de torera”, comentó la escritora granadina.
El Ayuntamiento de Roquetas de Mar, a través de la concejalía de Cultura editaba con motivo del Aula de Literatura un cuadernillo dedicado a Antonina Rodrigo. La primera parte titulada ‘Memoria y represión’ estaba dedicada a María Teresa Toral y otra parte dedicada a los 50 años de Quico Sabaté.