La peregrinación a Dalías, entre la fe y el turismo

La peregrinación a Dalías, entre la fe y el turismo

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La fiesta del Cristo de la Luz suele ser un hervidero de genteCada tercer domingo de septiembre, las carreteras comarcales del Poniente se llenan de peregrinos. Gentes de todas las edades y condiciones, con fe o sin ella, devotos, curiosos, turistas… en definitiva, miles de personas (y no es exagerar) toman el camino hacia Dalías para la gran fiesta en honor del Cristo de la Luz. Esta peregrinación se ha convertido en una suerte de Camino de Santiago a la almeriense, en el que la fe y la tradición se dan la mano para hacer una de las fiestas con más solera de la provincia.

Sorprende ver cómo miles de personas enfilan la cuesta que lleva de El Ejido a Dalías, un puerto que se hace duro, quince kilómetros de cuesta que se convierten, para muchos, en un camino espiritual con destino al cumplimiento de una promesa, a la petición de un favor o, simplemente, el ánimo de cumplir con una tradición y participar en una fiesta que cada año va ganando adeptos.

 

La fiesta del Cristo de la Luz es muy conocida no sólo en la provincia. Es una concentración tal de gente que el municipio se queda pequeño, todo para cumplir con una de las imágenes a la que muchos señalan como una de las más milagrosas.

La imagen del Cristo de la Luz data de 1939. Su iconografía presenta a un crucificado ya muerto. Su cabeza está inclinada hacia el lado derecho, lleva corona de espinas y cuenta con tres potencias. El sudario que lo viste es cordelífero y deja al descubierto el lado derecho. El 20 de septiembre de 1993 la imagen sufrió daños en la policromía debido a un incendio en la iglesia de Santa María de Ambrox de Dalías y tuvo que ser restaurada en Sevilla por los imagineros Abad Martínez, aunque esta intervención no fue del todo buena, ya que en 1998 se tuvo que realizar otra.

En definitiva, la fiesta del Cristo de la Luz es un encuentro donde se unen la fe y la gana de fiesta, un acontecimiento para Dalías y su comarca, y una cita que, también para los no creyentes, puede resultar más que interesante.

Descárquese el contrato que sirvió para el encargo de la imagen.

 

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