Francisco Joaquín Cortés regresa a la literatura con esta obra en la que mezcla simbología y locura; demencia y exaltación; malditismo y rechazo.
Tras ‘Las muertes de Pasolini’, Francisco Joaquín Cortés regresa con su barroquismo habitual, unas formas y unas expresiones al alcance de unos pocos, que este economista de profesión pone al alcance de todos. Una literatura rica en matices, una expresión grandilocuente, una exaltación de la palabra con las que Francisco Joaquín Cortés concentra su expresión.
Belleza es lo que destilan cada uno de los párrafos de ‘El cilantro y la locura’; frases escritas con un vasto conocimiento de la lengua española y un uso de adjetivos solo reservado para los más aventajados. Esta obra, al igual que el resto, es un placer para el lector, y también un reto, por lo elevado de su condición, por los aprietos en los que ponen sus giros y recursos idiomáticos.
Como se dice en la contraportada, «El cilantro y la locura es un recorrido por los resquicios porosos de la locura, la demencia y el malditismo», que se presenta este miércoles, a las 20 horas, en la sede del Instituto de Estudios Almerienses.