De sobra es conocido que el Mar de Alborán es el espacio europeo la mayor concentración de biodiversidad marina de Europa. Este mar es un terreno privilegiado donde abundan los cetáceos, tortugas y aves marinas, y también es un espacio natural amenazado por la presión humana: pesca, transporte y, sobre todo, contaminación. El velero Toftevaag, construido hace cien años en Noruega como barco de pesca, lleva más de diez años velando por la conservación de la biodiversidad en el mediterráneo.
Actualmente, el Toftevaag pertenece a la ONG Alnitak y ha sido convertido en una especie de laboratorio flotante desde el que los miembros de esta asociación realizan un seguimiento y muestreo de las especies que surcan el Mar de Alborán, especialmente las que se encuentran en las reservas marinas de Cabo de Gata y de la Isla de Alborán.
Cetáceos, aves o tortugas son las especies que más atenciones reciben de la tripulación del Toftevaag, pero no son los únicos. Desde Alnitak se realiza una labor de conservación de estos espacios marinos, un trabajo que parte de la relación con las pesquerías para que éstas recuperen las artes tradicionales, en la mayoría de los casos más respetuosas que las utilizadas por flotas tecnológicamente más avanzadas.
Concienciar a los pescadores de la importancia de la preservación del ecosistema marino es fundamental para conseguir que no se echen a perder verdaderas obras de arte de la naturaleza, amenazadas ahora por la presión pesquera, la actividad militar o el transporte.
En la actualidad, este barco realiza su actividad gracias al apoyo de la Secretaría General del Mar, cuyo responsable, Alejandro Polanco, ha presentado las actividades en pro de la biodiversidad marina realizadas en Alborán.
Con base en el Puerto de Almería, el Toftevaag trabaja en un proyecto incluido en el programa Indemares, para el desarrollo de medidas tecnológicas para reducir los riesgos derivados de los sectores de turismo, pesca, transporte, energía y defensa, para las poblaciones de cetáceos, aves y tortugas marinas.
Además, la Secretaría General del Mar está llevando a cabo planes de conservación de especies y de gestión de pesquerías, actuaciones orientadas a la sostenibilidad pesquera, así como la mitigación de capturas accidentales de tortugas y aves marinas. Además, el seguimiento de cetáceos mediante programas de monitorización es otra de sus labores en pro de la diversidad de Alborán.
Muchos de estos trabajos se realizan desde el Toftevaag, una nave que lleva cien años surcando los mares de todo el mundo y que, en los últimos años ha cambiado su papel, en vez de pescar contribuye a que haya más peces.
