Los 19 ejemplares de gacela Cuvier trasladados de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de Almería al Parque de la Naturaleza de Cabárceno (Cantabria) se adaptan sin problemas a su nuevo entorno más verde. A pesar de encontrarse en un ambiente natural totalmente desconocido para esta gacela extinguida en su lugar de origen, el Norte de África, los 19 ejemplares han reaccionado bien ante las praderas verdes cántabras y han comenzado a comer hierba. Ahora, el temor que tienen los responsables del parque de Cabárceno es que los ungulados se acostumbren a dormir en las zonas techadas para guarecerse de las abundantes lluvias y evitar los rigores del clima cantábrico.
Los 19 ejemplares de gacela Cuvier fueron trasladados desde Almería a este parque cántabro debido a la falta de espacio. Estos ejemplares pertenencen a una especie extinguida en el Norte de África y en ambos centros científicos se trabaja para recuperar la especie y reintroducirla en su hábitat de origen.
Los técnicos de Cabárceno temían que las gacelas no se adaptasen bien a su nuevo entorno. Acostumbradas a ver sólo un monte con escasa vegetación y sin apenas lluvias, estos animales han llegado a una de la partes más verdes del país y donde más precipitaciones se registran. Sin embargo, a pesar del cambio, los ejemplares han reaccionado muy bien y ya reconocen la hierba verde como alimento. A pesar de este gran paso, los veterinarios del parque cántabro están temerosos ante la posibilidad de que estos animales no se acostumbren a dormir en las instalaciones techadas con las que cuenta Cabárceno y que los mantiene a salvo de las lluvias y demás rigores meteorológicos.
El proyecto se desarrolla en el Parque de Rescate de Fauna Sahariana, en Almería, y ahora se suma Cabárceno a través de un acuerdo de colaboración suscrito con la EEZA de Almería, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con esta iniciativa, el Parque de Cabárceno colabora en su adaptación al entorno y estudia la agresividad entre ellos.
La función de los veterinarios e investigadores de Cabárceno no está exenta de complicaciones, ya que este ungulado norteafricano es de manejo muy delicado y muy agresivo entre su propia especie, por lo que se ha colocado a los 19 animales unas protecciones en las puntas de los cuernos.
La gacela de Cuvier, denominada así en honor al paleontólogo francés Georges Cuvier, alcanza una altura de entre 65 y 75 centímetros y llega a pesar en su edad adulta entre 30 y 35 kilos. Su hábitat natural es la selva abierta y zonas montañosas vegetadas: Alto Atlas y Anti-Atlas (Marruecos), en las reservas de Djebel Nadouz, Djebel Oum y Mergueb (Argelia) y en el Djebel Chambi (Túnez).
Es de color marrón grisáceo por su parte superior y de color blanco en la capa inferior. Estas dos partes las separa una banda lateral de color marrón oscuro. Tiene, igualmente, la trasera blanca y cola negra. La cara está claramente estriada con una mancha negra en el hocico. Las orejas son más claras, largas y estrechas. Los cuernos miden de 25 a 37 centímetros, bien anillados en ambos sexos y con las puntas lisas.
El periodo de gestación dura unos 170 días, normalmente nace una cría y raramente dos. Es la única gacela africana con partos dobles. Su alimentación consiste en una dieta mixta: pasto y ramoneo. Vive en pequeños grupos de 5 a 6 individuos, formados por hembras con sus crías y un macho dominante. Pueden convivir con otras especies de gacelas.
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