Jorge Lirola, el profesor que emprendió una batalla judicial contra la Universidad de Almería (UAL) por unas presuntas irregularidades en la convocatoria de una cátedra de Árabe ha sido condenado a pagar 3.600 euros de multa, por un delito de calumnias al magistrado que juzgó el caso, Antonio Luis García Valverde.
La Fiscalía abrió diligencias por unas declaraciones realizadas por Lirola y difundidas a través de medios digitales, en las que se quejaba de que el juez había actuado «con arbitrariedad manifiesta» y que «había prejuzgado ya el caso y dictado una sentencia antes de que se pudiera desarrollar con normalidad el juicio”.
La jueza María Soledad Balaguer ha observado «ánimus calumniandi» en las declaraciones de Jorge Lirola y ha estimado que en este caso debe prevalecer el honor del juez sobre la libertad de expresión del profesor universitario. Por ello ha determinado que estas acusaciones suponen «una evidente falta de respeto al juez», dice la sentencia condenatoria, que todavía no es firme y que será recurrida, según ha dicho el propio Jorge Lirola en su web.
La sentencia es condenatoria, según la jueza, porque las declaraciones de Lirola se realizaron «con temerario desprecio a la verdad y traspasando sin duda alguna los amplios márgenes que deliitan el derecho a la libertad de expresión».
Denuncia archivada
El Juzgado de Instrucción número 1 de Almería ha acordó, el pasado mayo, el sobreseimiento provisional y el archivo de la denuncia por presunta prevaricación presentada contra el rector de la Universidad de Almería, Pedro Molina, a raíz de las posibles irregularidades observadas por el profesor Jorge Lirola en la convocatoria de una cátedra de Estudios Árabes e Islámicos.
La juez encargada del caso, Alejandra Dodero, ha dictaminado que «no aparece debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa» y añade que la querella presentada por Jorge Lirola es de «carácter puramente administrativo».
La denuncia de Lirola fue presentada contra el propio rector y también contra tres miembros del tribunal de valoración de la cátedra. En ella, el profesor Lirola mantenía que Pedro Molina hizo posible que una aspirante al puesto, en este caso, Luisa María Arvide, se encargara de diseñar el perfil exigido para la obtención de la cátedra, así como la configuración del tribunal.
El sobreseimiento llega después de que el pasado 31 de enero de 2014 fuera admitida a trámite, para «esclarecer» si se cometieron irregularidades en la convocatoria de una cátedra de Estudios Árabes e Islámicos, que puede constituir un caso de prevaricación.
Según el escrito de denuncia, el rector de la UAL no se ajustó a los estatutos del campus, para aplicar un «reglamento interno jerárquicamente inferior».
