El número 26 de la colección de estudios Mediterráneo Económico que edita Cajamar se titula “La responsabilidad ética de la sociedad civil”. Ha sido coordinado por Adela Cortina, una de las filosofas más importantes e influyentes de España. La publicación se presenta este jueves, a las 19,30 horas, en la Casa de las Mariposas.
El nuevo volumen de la colección de estudios Mediterráneo Económico que lleva por título “La responsabilidad ética de la sociedad civil”. Esta publicación ha sido coordinada por Adela Cortina, catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, y directora de la fundación ETNOR (ética de los negocios y las organizaciones). El acto tendrá lugar a las siete y media de la tarde, en el Centro de Cultura de Cajamar (Puerta de Purchena, 10).
En esta obra se defiende el papel activo que debe jugar la ciudadanía en la consecución de los objetivos colectivos de desarrollo económico, gobernanza y justicia social, y se sostiene que la sociedad civil es corresponsable, junto con la Administraciones y los poderes públicos, del buen funcionamiento de las democracias modernas. En la misma han participado una treintena de académicos y especialistas en politología, sociología, ética, economía, derecho y comunicación.
El número 26 de la colección Mediterráneo Económico se divide en tres bloques temáticos, que abordan las tres esferas del espacio público en las que interactúan los individuos y las instituciones en el mundo actual: la social, la económica y la política. En cada uno de esos apartados se analizan en profundidad los obstáculos y los retos a los que se enfrenta la ciudadanía en el ejercicio de su responsabilidad compartida, destacándose por otro lado los casos de mayor éxito y sus implicaciones de cara al futuro.
La coordinadora del número, Adela Cortina, es una de las filósofas españolas más importantes e influyentes. Como señala en su introducción a la obra: “Es necesario contar con la sociedad civil para salir de las crisis que padecemos, de tal forma que nuestros países queden fortalecidos para abordar los retos del presente y del futuro, tomando en serio aquellos valores por los que, en buena ley, deberíamos actuar. Es tiempo de sinergias, de intentar conjugar los esfuerzos de los distintos actores sociales, si es que queremos estar a la altura de lo que exige la ética del siglo XXI”.