José Ignacio Lapido es uno de los músicos más respetados de este país. Maestro para muchos, el que fuera uno de los líderes de 091 regresa a Almería para presentar ‘De sombras y sueños’, un trabajo lleno de carga emocional, con el que el músico granadino entra sin miedo en un proceloso mundo habitado por personajes que no acaban de encajar y de reveses de la vida. Decir Lapido es decir letras profundas, envueltas en una atmósfera musical que bebe de los clásicos del rock, porque, en el fondo, así es Lapido, un roquero en peligro de extinción. Este jueves, a las 21 horas, Lapido y toda su banda estarán en el Teatro Apolo.
Éste es tu sexto disco en solitario y el tercero autoeditado, ¿a las discográficas ya no les interesa el rock?
No creo que en España el rock les haya interesado nunca demasiado a las grandes compañías, sólo en momentos puntuales, eso se puede ver históricamente. Antes invertían parte de lo que ganaban con otros en apostar por algún grupo de rock, por si sonaba la flauta. Ya no pasa ni eso. La industria está en proceso de desmantelamiento, han desaparecido un montón de sellos pequeños y los grandes se cuidan mucho de hacer inversiones “exploratorias”. Yo tomé una decisión hace ya unos años: me autogestiono mi carrera discográfica.
¿Cómo definirías ‘De sombras y sueños’?
Como un disco de rock de claros y oscuros. Canciones de alta intensidad emocional.
Si atendemos a la portada, el disco parece un encuentro con su pasado, ¿no?
La portada hace referencia explícita a las cartillas de caligrafía Rubio, con las que aprendimos a escribir todos los niños de mi generación. El pasado es algo con lo que convivimos. A veces se idealiza, y está bien que así sea. Puedes crear una vida paralela, algo muy literario.
El disco se grabó en 2010 en Motril, con la ayuda de Paul Grau, ¿qué le aportó al resultado final?
Su talento como ingeniero de sonido y su capacidad para ver más allá de lo que vemos los músicos… de escuchar, quiero decir.
La última vez que estuvo en Almería fue en formato acústico, ¿cómo será en esta ocasión?
Será en un formato electroacústico especialmente ideado para la gira. Seremos un cuarteto: Víctor Sánchez a la guitarra eléctrica, Raúl Bernal al piano y órgano Hammond, Popi González a la percusión y yo cantando y tocando la guitarra acústica. Este concierto estaba previsto hacerlo en junio, pero Víctor Sánchez, mi guitarrista, tuvo un accidente y hubo que posponerlo. El concierto originalmente estaba dentro de una gira por teatros en donde tanto el formato de banda como el repertorio a interpretar eran diferentes a lo habitual.
¿Todavía lleva a gala el ser el guitarrista de 091 o eso son cosas del pasado?
Evidentemente 091 forma parte de mi pasado, pero también, de mi presente puesto que en casi todas las entrevistas me preguntan por ellos. Para mí es un honor haber pertenecido a esa banda. Estuvimos 14 años juntos, 14 años en el momento del aprendizaje, cuando estás empezando tu carrera. Son los momentos más importantes para un músico. Creo que si la gente se acuerda aún de 091 es porque en cierto modo porque dejamos grabadas un puñado de buenas canciones y también por la actitud que mantuvimos. La actitud es muy importante en una banda de rock.
En su banda habitual hay componentes de formaciones muy sólidas de la escena granadina, ¿cómo es trabajar con ellos? ¿participan también en la composición y grabación del disco?
Trabajar con ellos es un lujo, son grandes músicos que ponen su talento al servicio de mis canciones. Llevan ya muchos años conmigo y funcionamos prácticamente como una banda. No son los típicos músicos de acompañamiento. Ellos participan en los arreglos y en la grabación. La composición es cosa mía.
¿Lapido es ese perdedor que habitualmente reflejas en tus canciones?
En mis canciones los perdedores son personajes que actúan con gran dignidad ante el infortunio. Van con la cabeza alta. Yo me considero afortunado por estar haciendo lo que me gusta desde hace muchos años.
Melancolía, ausencia, incertidumbre… son temas que habitualmente se repiten en tus canciones, ¿por qué?
Pues me imagino que porque esa temática de pérdida y búsqueda de respuestas me resulta más estimulante a la hora de escribir.
Lapido es, además, guionista, columnista y, a juzgar por sus letras, también poeta ¿con cuál de estas facetas se siente más cómodo?
Como compositor es como me siento más libre. En el momento en que estoy escribiendo una canción estoy yo solo, con mi guitarra y un papel. No hay más interferencias en el proceso de creación. En cambio cuando escribo una columna para el periódico –todas las semanas- dependo en cierto modo de los acontecimientos noticiosos que se han producido. Y en el trabajo de guionista somos un equipo de muchas personas, no hay una autoría individual sino colectiva.
¿Es todavía un aspirante a ganar por KO?
Siempre, hasta el último asalto.
¿Para cuándo un nuevo disco?
Llevo preparándolo ya hace unos meses. Voy a meterme en el estudio en noviembre. Supongo que saldrá en marzo a la venta
