Nos vemos en La Oficina. Esta frase ha cambiado de sentido en Almería, después de que esta asociación abriera su local en la Carrertera de Ronda, un espacio en el que la libertad es lo primero y la creación artística es uno de los nexos de unión de sus integrantes. La Oficina inició su trayectoria en junio y este curso se presenta como una de las opciones culturales más abiertas de Almería.
¿Cómo nace La Ofina?
La Oficina surge inicialmente como una asociación para fomentar la cultura audiovisual, de donde venimos muchos de los integrantes. Fomentamos esta cultura porque el audiovisual es lo que impera hoy y sabemos que de esta forma es mucho más fácil llegar al público, más acostumbrado a consumir audiovisual que a leer.
La Oficina es mucho más que un espacio para ver películas, ¿no?
Sí, claro. Nuestra idea es crear una cultura audiovisual con carácter crítico y también con cierto calado social. Somos herederos del 15M y hemos trasladado su filosofía a este espacio, que definimos como un lugar de diálogo, en el que todo el mundo tiene voz y puede presentar sus propuestas culturales al resto de la comunidad. No queremos hacer una programación cerrada y que ahí se quede, sino ir más allá y ser un espacio abierto a las ideas. No queremos que las decisiones se tomen entre cinco personas y ya está, sino que sea un lugar participativo, un lugar donde te puedas venir a tomar algo y que si tienes inquietudes puedas expresárselas a los demás socios y ver cómo funciona. Ésa es la diferencia que puede haber con otras asociaciones.
¿Y la financiación?
Pues contamos con la suerte de que nos han cedido este local (Ctra. de Ronda, 155). Buscamos una autogestión, no queremos ayuda de entes públicos, que al final nos resta libertad. Es un esfuerzo colectivo que surge a partir de la necesidad de tener un espacio, un refugio, para artistas, fotógrafos, gente de la cultura en general.
No sabría bien cómo definíos, si como valientes o como descerebrados.
Llámanos descerebrados. Como no teníamos otra cosa que hacer y como nos están dando pie a no hacer nada, decidimos romper y ser nosotros los protagonistas. Ahora mismo hay dos opciones, o te vas de España, porque, con la situación como está, es de lo mejor que se puede hacer; o, los que hemos decidido quedarnos tenemos que llevar adelante iniciativas como ésta, porque la cultura ‘murió’ con la última subida del IVA, así que o lo hacemos los jóvenes de ahora o la cultura se acaba. Es el momento de exprimirse la cabeza e ir hacia adelante.
Ya habéis celebrado un ciclo de cine y varios conciertos, ¿qué tienen de especial?
Nuestros formatos buscan el contacto con la persona que hay en el escenario. Ya no nos vale el artista que se sube totalmente alejado del público, lo que nos gusta es el contacto con ese creador, saber cómo ha compuesto sus canciones, qué le ha llevado a dedicarse a la música… y ese contacto tan directo lo hemos conseguio en los conciertos que hasta ahora hemos hecho en La Oficina.
Lo de este verano ha sido un pequeño rodaje, ¿qué hay para este curso?
Cada mes celebraremos un ciclo diferente. En septiembre arrancamos con unas jornadas de economía social. Introducirnos en la economía, desde el punto de vista de la lógica real y no de la que nos están contando. Vamos a hacer charlas, mesas abiertas, debates, talleres… todo para difundir el concepto de economía social, donde también tendrán cabida el medio ambiente y los movimientos sociales. Además, también estamos cerrando otro dedicado al western crepuscular, que se hará más adelante. Otro proyecto interesante
Como herederos de la filosofía 15M, el trabajo de La Oficina no se quedará sólo en este local, ¿no?
Nos queremos abrir a este barrio. Vamos a trabajar aquí con mayores a través de voluntarios, sobre todo para alegrar el barrio y, si funciona, ampliar a otros barrios. Ha llegado un momento en el que ya no hablamos con nuestros vecinos y nosotros queremos recuperar ese concepto, esa comunidad de gente que se interrelaciona y se ayudan los unos a los otros.
