Con una escenografía ágil y atractiva, en la que un escenario giratorio va cambiando al mismo tiempo que se desarrolla la acción, la compañía fue desgranando todas las piezas de una trama de suspense y drama, con un marido, afamado tenista retirado ya de las luces y los flashes (Jorge Sanz), despechado al conocer la relación de su esposa (Mar del Hoyo) con un escritor de novelas de suspense y asesinato llamado Max Halliday (Pablo Puyol). Durante un año, Tony Wendice va tramando el asesinato de su esposa para heredar la apetitosa fortuna de ella, para lo cual estudia a un viejo compañero de estudios, el capitán Lesgate (José Sánchez Orosa), un tipo turbio y que pronto da argumentos a Wendice para plantearle un chantaje a cambio del cual deberá asesinar a su esposa, la dulce Margot Wendice.
El plan comienza a torcerse cuando, en la noche del asesinato, Margot logra apuñalar al que pretendía ser su asesino, encontrando providencialmente unas tijeras en la mesa sobre la que forcejeaban. Luego, la sagacidad del inspector Hubbar (Antonio Labella) y la experiencia en crímenes de Halliday ayudan a aclarar la maraña, entre otras cosas gracias al error de Wendice a la hora de ocultar una llave, la pieza maestra con la que su ‘asesino de encargo’ debía entrar a la casa.
Creada en su día por Frederick Knott, ‘Crimen Perfecto’ es una de las muchas obras maestras cuyo suspense llevó al cine Alfred Hitchcock, que ha sido versionada una y mil veces en cine y teatro. En este caso, Txalo Producciones, la está llevando de gira por toda España con gran éxito en más de medio centenar de teatros.
Jorge Sanz, Mar del Hoyo y Pablo Puyol conforman un ‘armonioso’ trío amoroso por el que se van deslizando de forma vertiginosa los intereses particulares de los tres, conformando un caleidoscopio en el que a cada paso es uno de ellos el que se encuentra más cerca del éxito. José Sánchez Orosa da vida al personaje atormentado y cuya vida desordenada y sin virtud le conduce al callejón sin salida de un asesinato por dinero, mientras que el inspector Hubber es el toque de sagacidad y al mismo tiempo de humor de la obra, con una ingeniosa y divertida forma de representar de Antonio Labella, que se llevó buena parte de las ovaciones finales.
