Salvador Hernández defiende el hotel por el «interés público», es decir, por las posibilidades económicas que esta construcción traería al municipio de Carboneras, «muy castigado por la crisis».
El edil se muestra sorprendido ante la postura de algunas entidades que en un principio defendieron la construcción del hotel y con el tiempo han cambiado radicalmente su postura, como es el caso de la Junta de Andalucía, que hace una semana mostraba en una rueda de prensa su “compromiso” para reponer la playa donde se levanta esta infraestructura hotelera, añadiendo que el hotel “no debería estar ahí”, aunque no harán ninguna valoración a fondo hasta la resolución judicial del conflicto.El alcalde defiende la apertura del hotel porque supondría la creación de puestos de trabajo estables y a largo plazo, mientras que si se derribara la edificación y se regenerara la zona, en todo caso, supondría la creación de trabajo temporal y a corto plazo.
Evidentemente su postura como alcalde coincide con su postura personal: “Como ciudadano quiero ser optimista y espero y deseo ver abierto el hotel de El Algarrobico”, e insiste en los beneficios que reportaría la apertura para la localidad de Carboneras, no solo por los puestos de trabajo que se crearían directa e indirectamente, sino por el turismo que atraería el conjunto hotelero a esta zona, ya que su gran baza es la cercanía a las mejores playas y zonas del Parque Natural de Cabo de Gata.
El único motivo por el que defienden la apertura del hotel se resume en la altísima tasa de paro, que tiene a toda la población carbonera en pie de guerra. Existe una plataforma vecinal de apoyo al Algarrobico, y en Septiembre más de 300 vecinos se manifestaron para exigir la apertura del hotel. A su vez, la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Carboneras reiteraban su apoyo al mantenimiento de este defendiendo que la turística es la “única industria no contaminante” del municipio, en referencia a la central térmica y a la fábrica de cemento que hay en la localidad.
