Unos trabajos de restauración en la Muralla de Jayrán han desatado la polémica por su atrevimiento. La Asociación de Amigos de la Alcazaba califica como «dos profundas heridas» la intervención esta construcción con casi mil años de historia, que ha consistido en la reconstrucción de parte de dos torres de la muralla con piezas de acero.
De nuevo se ha desatado la polémica en torno a las intervenciones en el patrimonio histórico. Amigos de la Alcazaba llega a calificar de «atentado» contra el patrimonio la colocación de grandes paneles de acero llevada a cabo por la Consejería de Cultura en la muralla de origen árabe.
Para esta asociación, la actuación en el monumento va «contra el sentido común» y prometen movilizaciones contra esta actuación de la Consejería de Cultura.
Este hecho reabre el debate en torno a la pertinencia de restaurar las piezas del patrimonio histórico respetando lo que en su día se hizo o con una intervención de no tenga nada que ver con la construcción antigua y que haga ver que esa actuación es actual.
En la provincia existe desde hace varios años un amplio debate en este sentido sobre la restauración del patio del Castillo de Los Vélez, un relieve que la familia Fajardo vendió a Estados Unidos y que ahora se exhibe en el Metropolitan de Nueva York. Ya se han celebrado varias jornadas sobre la pertinencia de reproducir de forma fidedigna lo que allí había o realizar una reconstrucción que sigue los criterios de la arquitectura más moderna. Todavía no hay consenso en torno a ese asunto.
Una caso similar al de la Muralla de Jayrán se encuentra en la vecina Granada, donde el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas realizó una intervención más que atrevida en la muralla de la ciudad y que también suscitó una gran polémica.
De nuevo se vuelven a enfrentar las posturas de quienes apuestan por reconstruir tal y como lo hicieron los autores originales y quienes son partidarios de una intervención totalmente diferente a lo que ya se había hecho.
