Yo sobreviví al casting de Exodus en Pechina, que no es poco. Por la mañana nada indicaba que la jornada de iba a convertir en ese caos peligroso en el que derivó todo alrededor de las siete de la tarde. Mucha gente, muchas sombrillas, mucho calor y mucha paciencia la de la gente que allí estaba guardando cola durante todo el día, pero cuando se aproximaba la hora de inicio del casting, esa cola se convirtió en una aglomeración de personas que hizo imposible el normal desarrollo del casting.
A la picaresca (por no decir cara dura) de los que siempre intentan colarse en este tipo de eventos, se unió la patética e inexistente actuación por parte de los organismos de orden público competentes: dos Policías Locales que hacían las veces de florero, dos agentes de Protección Civil un poco perdidos y dos Guardia Civiles que llegaron tarde, miraron la que allí se estaba liando, se dieron media vuelta, y no se supo más de ellos. Ese fue el fastuoso despliegue planificado por todavía no sabemos que cabeza pensante de esas que les pagan por ocupar un asiento, pero no por pensar.
Lipotimias, desmayos, crisis de ansiedad por las penosas aglomeraciones y varios sustos más se sucedieron como un goteo incesante a lo largo de la tarde. Cuanto más avanzaban las agujas de reloj, más personas se concentraban por metro cuadrado a la entrada de las escaleras que daban al acceso al local donde se realizaba el casting.
¿Alguien puso orden? No.
¿Alguien pensó que era buena idea movilizar a más efectivos cuando por la mañana ya había más de dos mil personas haciendo cola? No.
¿Alguien pensó en usar unas simples vallas para encauzar la entrada de gente al recinto? No.
¿Algún responsable directo apareció por el lugar a disculparse? No.
Al inicio del casting, cuando todavía se podían mover las manos para hacer una foto.
Una falta de previsión asombrosa en una Almería que todavía presume, como si de un eco lejano y repetido por inercia se tratase, de ser capaz de organizar eventos de gran magnitud. Mentira. Peligrosa mentira.
Unas autoridades incapaces de prever y controlar una simple fila de personas no merece ocupar cargos de responsabilidad. Unos agentes que estando en semejante situación lo único que hacen es fumar cigarros como si estuvieran asomados al balcón de su casa en lugar de buscar una solución, no merecer ser agentes al servicio público.
Almería en evidencia, Almería en todos los telediarios porque este tipo de noticias, la del rodaje, son las que rellenan minutos y minutos de informativos cuando las redacciones de los medios nacionales están de vacaciones. Almería, no solo desperdiciando la publicidad derivada del rodaje en todos los informativos nacionales, sino dando una imagen nefasta para toda España. Almería, ese lugar del sur que sólo sale en televisión cuando hay malas noticias. Señoras y señores, esto es Almería.
Y lo más importante, que estamos todos aquí para poder contarlo, porque lo que podía haber pasado esta tarde en Pechina… eso sólo lo sabemos los que lo vivimos y los que se cruzaron de brazos y los permitieron.
Artículo publicado en el blog Perdida en mi realidad.