Rafael Gadea, el pintor de la alegría

Rafael Gadea, el pintor de la alegría

Una exposición en el Museo de Arte de Almería y un libro recopilatorio de sus obras constituyen la despedida a este artista que falleció en 2017

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Panel de la exposición ‘Dormido en el recuerdo. Rafael Gadea, 1953-2017’

En 1970 llega a Almería Rafael Gadea, un joven de apenas 17 años y con una fuerte pasión por la pintura. Nacido en Barcelona en 1953, hasta 1970 su familia estuvo a caballo entre la ciudad condal y Lieja (Bélgica), donde una profesora despertó en él la pasión por el arte. Botones de hotel, albañil o camarero de lunes a viernes, y pintor los fines de semana, Rafael Gadea va aprendiendo la técnica pictórica de forma autodidacta, contando solamente con formación en grabado.

«Hay artistas que se hacen, que pueden estudiar, y hay artistas que nacen. Rafa es de los artistas que nacen, ya nació siendo artista, y lo único que necesitó fue alguien que le empujase un poco a desarrollar ese arte», nos cuenta Juan Manuel Martín Robles, director del Museo de Arte de Almería, en alusión a su profesora en Lieja.

La ciudad almeriense, sin lugar a dudas, marca a «Rafa», como lo llaman sus amigos. «Él decía que la influencia de Almería en su pintura era la luz mediterránea de nuestra ciudad y el color. También ese carácter alegre, de ciudad mediterránea y abierta». Y, por supuesto, su gente: «recuerdo cuando hablaba con él en 2015, y decía que lo que le nutría eran los paseos por la calle, lo que veía», confiesa Juan Manuel Martín Robles.

Poco a poco va siendo conocido, realiza la primera exposición en 1982, en la antigua sede del Banco de Bilbao en Almería, y se rodea de otros amantes del arte como Ramón Crespo, Ginés Cervantes, Lola Valls, Javier Huecas o Manolo Contreras, algunos de ellos integrantes del Grupo de los 80. En todos esos años Rafa va evolucionando, pero siempre de forma coherente: «estuvo en evolución continua pero sosegada, sin saltos, es un continuum bastante estable», asegura Juan Manuel.

Sin título 1993 Rafael Gadea
‘Sin título’ (1993), de Rafael Gadea

Gadea falleció en enero de 2017, por eso hay que recurrir a expertos en su pintura para conocerla. En su pintura predominan los temas de la vida cotidiana, maternidades, escenas familiares y cabezas, expresando siempre alegría. «Hay muy pocos retratos tristes en la obra de Rafa», asegura el director del Museo de Arte de Almería. Su pintura se caracteriza por un uso magnífico de la línea, en la que el color tiene menor importancia, aunque generalmente son muy vivos. Así lo vemos en ‘Sin título’ (1993), donde la línea se va confundiendo y engarzando personajes, surgiendo figuras una de otra a través de la línea.

El mago Rafael Gadea
‘El mago’ (1993), de Rafael Gadea

Su pintura resultó siempre rompedora, adelantada a su tiempo, hasta el punto de que no mostraba al público sus primeras obras por ser demasiado vanguardistas. Es más, «nunca fue un pintor comercial, no pintaba para vender, no lo hacía para enriquecerse», nos aseguran sus allegados. Una de estas obras innovadoras es ‘El mago’ (1976), en la que se perciben influencias de Picasso y Miró. Constituye una de las piezas más importantes de sus comienzos, de la que nunca se quiso deshacer. «Tenía una relación con su pintura tan personal que, cuando tenía que vender un cuadro, sufría», nos comenta el directo del Museo de Arte de Almería.

'Mirando cómo amanece' (1993), de Rafael Gadea
‘Mirando cómo amanece’ (1993), de Rafael Gadea

Entre su pintura difícilmente encontramos paisajes, aunque una de sus destacadas excepciones es ‘Mirando cómo amanece’ (1993). «Habla muy bien de cómo veía Rafa el mundo, con unos ojos siempre asombrados, siempre amables», nos cuenta Juan Manuel Martín sobre esta obra. A través de ella nos habla también de una de las peculiaridades de Gadea: los títulos. «Cuando uno trabajaba con él, cada vez que hablaba de un cuadro le cambiaba el título». Esto ha generado múltiples nombres para cada una de sus obras, aunque todos ellos fundamentales para entenderlas; los títulos de no son gratuitos, pues con frecuencia se necesita leerlos para entender sus cuadros.

'Personaje con dos caras', de Rafael Gadea
‘Personaje con dos caras’, de Rafael Gadea

Su producción pictórica se completa con numerosos grabados, como los que pudimos ver en la Diputación, y algunas esculturas, como ‘Personaje con dos caras’. Es una buena muestra de la genialidad de este pintor, que sobre un trozo de madera desechado consigue ver un personaje de perfil sobre el que plasma sus características líneas.

Buenos conocedores del mundo cultural almeriense afirmarían que a nuestra provincia le cuesta conocer a sus artistas y, más aún, reconocer su trayectoria y el valor de su obra. Esta tendencia parece que se está rompiendo: entre sus grietas se ha colado un pintor, Rafael Gadea, al que se le han sucedido ya numerosos homenajes. Asistimos a uno de ellos.

Cristóbal Gadea (izqda), hermano del artista, y Juan Manuel Martín Robles (dcha), en la presentación del libro 'Rafael Gadea (1953-2017)'
Cristóbal Gadea (izqda), hermano del artista, y Juan Manuel Martín Robles (dcha), en la presentación del libro ‘Rafael Gadea (1953-2017)’

Mientras Juan Manuel nos cuenta la vida y obra de Rafael Gadea, paseamos por la exposición temporal que el Museo de Arte de Almería ha organizado en su honor, titulada ‘Dormido en el recuerdo. Rafael Gadea, 1953-2017’. Justo ese día, el 1 de marzo, se ha presentado el libro ‘Rafael Gadea (1953-2017)’, que recopila sus pinturas y grabados, editado por el Ayuntamiento de Almería y la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino. Se trata de un acto emotivo, una cita íntima a la que han acudido sus familiares y amigos, a quienes se les ilumina la cara cuando hablan de él. Por ejemplo, su hermano Cristóbal, al que se le percibe muy emocionado.

Hay una idea que flota en el ambiente y se repite en las mentes de los allí asistentes, en referencia a la exposición temporal y la prontitud con la que se ha elaborado este libro a modo de homenaje: «estoy profundamente convencido de que Rafa lo merecía», asegura Juan Manuel Martín Robles poniendo voz a los amigos y familiares. Rafael Gadea se convierte así en un pintor reconocido por la sociedad almeriense: no tendrá que pasar por ese desierto del olvido en el que se tardan años y años en conocer y redescubrir a un artista. Rafa ya ha sido descubierto.

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