Cajamar, 50 años de crecimiento junto a Almería

Cajamar, 50 años de crecimiento junto a Almería

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Antonio Pérez Lao y Juan del Águila.
Antonio Pérez Lao y Juan del Águila.

Mañana miércoles, 20 de abril, se cumplen 50 años desde que Cajamar abriera al público su primera oficina en Almería. Para conmemorar este aniversario, ha organizado una exposición con documentación y fotografías de su archivo institucional que recuerda cómo fueron los orígenes de su actividad, vinculada a las cooperativas agrícolas almerienses: sus primeros empleados, socios y clientes, sus primeros créditos, la apertura de sus primeras sucursales con el nombre de Caja Rural Provincial de Almería. La muestra estará abierta hasta el 6 mayo, en el Centro de Cultura de Cajamar.

La Caja Rural Provincial de Almería abrió al público su primera oficina el miércoles 20 de abril de 1966, en la calle Méndez Nuñez 28, en un pequeño local compartido con la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (UTECO), organización que había promovido su constitución en 1963. Este modesto local, que sería inaugurado oficialmente dos meses más tarde, el 25 de junio, representa el inicio de su actividad al público como entidad de crédito, al principio sólo con las cooperativas agrícolas y dos años después directamente ya con sus agricultores asociados, ya que en aquel momento la legislación limitaba a este sector la actividad de las cajas rurales, y no fue hasta años más tarde cuando pudo atender también a  empresas y clientes particulares de los demás sectores económicos y de población.

El primer Consejo Rector estaba formado por el presidente Jesús Durbán Remón, presidente de la UTECO y socio de la Cooperativa Avícola y Ganadera de Almería; el secretario general, Juan del Águila Molina, secretario general de la UTECO y socio de la cooperativa San Isidro de Almería; el tesorero Juan Esteban Coca, de la cooperativa Santa Cruz de Canjáyar; y los vocales Juan García Jiménez, de la cooperativa San Isidro de Almería, y José Pérez Rodríguez, de la cooperativa Virgen de los Dolores, de Abla.

El 10 de agosto, con cargo a sus fondos propios, se concedieron los dos primeros préstamos, de 350.000 pesetas, a las cooperativas Sierra Nevada de Canjáyar y Costa del Sol de Balerma.

El saldo de la actividad económica desarrollada este año (casi toda ella resultado de operaciones de exportación de uva de las cooperativas asociadas) ascendió a 14.676.436 pesetas y el resultado final obtenido al cierre del ejercicio por la entidad fue de 55.300 pesetas.

Oficina de Albox.
Oficina de Albox.

Así comenzó la Caja Rural Provincial de Almería: en un local modesto, teniendo limitadas sus operaciones de financiación exclusivamente a las cooperativas del campo asociadas, realizando pequeñas operaciones crediticias y líneas de descuento para suministros de semillas, abonos y fertilizantes, y ayudándolas también a la confección, venta y exportación de sus producciones, así como a la gestión de su tesorería y contabilidad. Pero sin poder conceder aún créditos o préstamos a personas particulares, lo que encorsetaba su actuación y la confinaba a un ritmo muy lento de crecimiento, casi desesperante para los deseos y necesidades de sus impulsores.

La Junta Rectora celebrada el 3 de febrero de 1966, a propuesta del secretario general, Juan del Águila Molina, acordó que el personal encargado de atender el funcionamiento de la Caja Rural fuese el mismo adscrito a la UTECO, contratándose sólo con cargo a la entidad de crédito al secretario de la Hermandad de Labradores de Adra, Miguel Rodríguez Guillén, persona que, por su preparación y calidad humana, era a su juicio la más indicada para el puesto de “cajero”. Fue dado de alta el 1 de abril de 1966 y figura como el primer empleado de la entidad.

Además, ante la necesidad de determinar las funciones del resto del personal, a propuesta en este caso del presidente, se tomó el acuerdo de que el secretario de la UTECO, Juan del Águila Molina, fuese el director de la Caja Rural y que el contable de la UTECO, Felipe Ibáñez Ventura, desempeñara el puesto de interventor, facultando asimismo al nuevo director para que contratase el personal auxiliar y subalterno.

Unas semanas más tarde, se incorporó Damián Navarro Murcia como auxiliar de oficina, quedando así cubierta la plantilla de personal con la que la Caja Rural Provincial de Almería inició su actividad.

No obstante, para aminorar gastos, el director, Juan del Águila, y el interventor, Felipe Ibáñez, permanecieron adscritos a la UTECO y no fueron dados de alta en la Caja Rural hasta el 4 de febrero de 1967.

Los siguientes empleados se incorporaron tres años después, en 1969, coincidiendo con la apertura de las primeras delegaciones en la provincia: Francisco Tonda Torres (enero), Juan de la Cruz Cárdenas (abril), Miguel Ángel García (abril), Manuel Montoya (julio), Joaquín Baena (julio), Jesús Fornieles (agosto), José Cárdenas (noviembre) y José Lupiáñez (diciembre).

1967, primeros socios directos

Un año después, en 1967, a pesar de tener limitada su actuación a las cooperativas y con sus aún modestas posibilidades, la actividad desarrollada elevó el movimiento general de las operaciones a más de 395 millones de pesetas y el ejercicio concluyó con un saldo pasivo de 33,4 millones, habiendo concedido créditos a las cooperativas asociadas por importe de 8,3 millones de pesetas.

Lo más relevante de ese año fue la entrada en vigor de la Orden de 7 de diciembre de 1967 reguladora del régimen de actividades crediticias de las cooperativas de crédito, al establecer que, para poder desarrollar su actividad, debían reunir un mínimo de 100 personas físicas asociadas, ya fuesen en calidad de “socios directos o indirectos”.

De manera que, además de la UTECO y de sus 34 cooperativas asociadas, los socios de éstas, más de 2.800 en aquel momento, también tendrán ya la oportunidad de acceder a la condición de socios directos de la Caja Rural Provincial de Almería, y por tanto a suscribir directamente sus préstamos y créditos. Lo que amplía sustancialmente el abanico de posibilidades de actuación de la Caja. Así fue como, además de las cooperativas agrícolas asociadas, fueron dados de alta como socios directos las primeras personas particulares: Emilio Esteban Hanza, Juan García Jiménez, Juan del Águila Molina, Antonio López Gálvez, Jesús Durbán Remón, Modesto Martinez Artés…

1968, el título de Caja Calificada

Otra consecuencia relevante de la entrada como socios de personas individuales es que contribuyó a duplicar las aportaciones obligatorias, y lo que es más importante a elevar las aportaciones voluntarias a 3,4 millones de pesetas, lo que situaba a la entidad a las puertas de conseguir la cifra de 5 millones de pesetas necesaria para obtener la calificación del Ministerio de Hacienda, y con ello poder formalizar un convenio de colaboración con el Banco de Crédito Agrícola.

Cinco meses más tarde, cuando el balance a 30 de abril de 1968 alcanza el límite mínimo exigido de capital y reservas, se convoca Junta General Extraordinaria y unos días después se presenta la solicitud de calificación al Ministerio de Hacienda, en la que se hace constar que la Caja Rural Provincial de Almería cuenta con 71 socios: 34 cooperativas y 37 socios directos.

Este gran paso, que es considerado como la “mayoría de edad” de la entidad, se consigue finalmente tras la vista realizada el 26 de septiembre en 1968 por el jefe del Servicio de Inspección de las Cajas Rurales, Manuel Cansado Maceda, cuyo informe favorable da lugar a que el 7 de octubre el Ministerio de Economía le otorgue el título de “Caja Calificada”.

Así las cosas, el 15 de octubre de 1968, la Caja Rural Provincial de Almería queda inscrita en el Registro de Cooperativas de Crédito del Banco de España, y el 28 de diciembre suscribe el convenio con el Banco de Crédito Agrícola que la convierte en entidad colaboradora del mismo, teniendo así la posibilidad de participar en la distribución del crédito oficial. De modo que, además de las pequeñas operaciones crediticias realizadas hasta ese momento con cargo a los fondos propios de la entidad, a partir de ese día también podrán concederse préstamos con cargo al crédito oficial para pequeñas inversiones y compra de maquinaria.

1969, apertura de delegaciones en la provincia

Una vez formalizado el convenio de colaboración con el Banco de Crédito Agrícola, los rectores de la Caja Rural Provincial de Almería, conscientes  de las posibilidades que supone participar en la distribución del crédito oficial, deciden que ha llegado la hora de impulsar la apertura de delegaciones y agencias (sucursales) por toda la provincia de Almería. De este modo, para canalizar el ahorro y facilitar el crédito a la agricultura, irán surgiendo las primeras oficinas en los pueblos con una mayor actividad cooperativa: Adra, Albox, Abla, Terque, Balanegra, Pulpí, El Ejido, Dalías, Berja, Canjáyar, Campohermoso… Allí donde existen cooperativas ligadas a los nuevos cultivos hortícolas extratempranos o a los tradicionales de uva y naranja.

La primera delegación se abrió en Adra en enero de 1969, en un local alquilado por 4.000 pesetas al mes en la calle Natalio Rivas, siendo designado delegado Francisco Peña Morales y subdelegado Leopoldo Guillén Latorre. Aunque el hecho más destacado fue la incorporación a la plantilla de esa sucursal de un joven de 18 años que se llamaba Juan de la Cruz Cárdenas Rodríguez, que un año después será trasladado a la oficina principal de Almería y que con el paso de los años irá asumiendo nuevas tareas y responsabilidades en su trayectoria profesional, hasta convertirse en director general de la entidad (1992), consejero delegado (2006) y presidente (2012).

Mención aparte merece el caso de la oficina de Albox. En julio de 1967, para dar servicio a la Cooperativa Comarcal Avícola y Ganadera, se había creado la Caja Rural Cooperativa de Albox. Contaba con 87 socios y había sido promovida por Luis García García, influido por el ideario de Juan del Águila Molina. De ahí que, una vez obtenida la calificación de la Caja Rural Provincial, se decidiera que lo más conveniente era proceder a la disolución e integración de la Caja de Albox en el seno de la misma. El acuerdo se adoptó en noviembre de 1968, pero la absorción no se materializó hasta abril de 1969, convirtiéndose desde entonces en la segunda oficina en la provincia.

El desarrollo de las operaciones de aquel año, tanto en los depósitos de ahorro como en los préstamos y créditos, mantiene un ritmo normal de crecimiento motivado por la fidelidad de las cooperativas agrícolas asociadas y de sus socios, a pesar de ser un año adverso para la producción y comercialización en el que se exporta menos del 50% de la uva del año anterior.

En este ejercicio, en el que ya es plena la efectividad de la línea de colaboración con el Banco de Crédito Agrícola, se gestionan 602 créditos oficiales por importe de más de 55,8 millones de pesetas para pequeñas inversiones y compra de maquinaria, que se suman a los 623 otorgados con fondos propios de la entidad a 22 cooperativas y 599 socios por importe de 142,8 millones de pesetas. Una ayuda crediticia, en condiciones muy favorables tanto por el plazo de duración como por su reducido tipo de interés, que en su mayor parte está destinada a pequeños agricultores, y cuya gestión favorece el desarrollo de la agricultura cooperativa y de la propia Caja Rural de Almería.

Con el comienzo de actividad de las primeras delegaciones y agencias en la provincia, a partir de 1969 se incrementa notablemente el número de cuentas corrientes y libretas de ahorro, y todo tipo de operaciones, imposiciones a plazo fijo, descuento de letras, transferencias, órdenes de pago, etc.

Los empleados de la Caja Rural se distinguen desde el primer día por mantener un contacto permanente con sus clientes, no solo en las oficinas sino en la calle, con todos y cada uno de los vecinos de sus pueblos. Con “don de gentes, afabilidad y simpatía”, “buen trato y más rápido servicio”,   sensibilizados y comprometidos con sus problemas, tratando de ofrecerles soluciones eficaces a sus necesidades.

Así, concediendo préstamos a corto y largo plazo a centenares de agricultores para sus siembras, abonos, transformaciones de cultivos, ampliación de sus explotaciones y compra de maquinaria, la Caja Rural Provincial de Almería fue creciendo y extendiendo su actividad, superándose día a día hasta convertirse en la primera Caja Rural española y en la primera entidad financiera de Almería.

Han pasado muchas cosas desde que hace 50 años comenzó la andadura de la Caja Rural Provincial. Pero el espíritu de servicio y compromiso con Almería sigue siendo el mismo. Hoy con el nombre de Cajamar Caja Rural. se ha convertido en una de las entidades significativas del sistema financiero español, habiendo integrado a 26 entidades en los últimos años en torno a su proyecto nacional de banca cooperativa, y liderado la creación del Grupo Cooperativo Cajamar y la constitución del Banco de Crédito Cooperativo. Su actividad se extiende actualmente por toda la geografía española, con más de 1.200 oficinas y 6.000 empleados.

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