Este jueves 5 se presenta en el Museo de Almería el ligro «Villaricos. Treinta siglos de Historia», escrito por Antonio Llaguno Rojas, con prólogo de Manuel León González. El acto tendrá lugar a las 20 horas y en el mismo se ha previsto la presencia de Alfredo Valdivia Ayala (delegado provincial de Cultura y Turismo de la Junta de Andalucía en Almería), Antonio Fernández Liria (alcalde de Cuevas del Almanzora); Juan Grima Cervantes (editor); José Luis López Castro (catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Almería) y Antonio Llaguno (autor del libro).
La obra -dice su autor- trata de hacer un recorrido por la historia de Villaricos desde que fuera fundada por los fenicios, en el siglo VII a.C., hasta la más rabiosa actualidad del festival de música electrónica de Dreambeach, en estos próximos días. Un ramillete de capítulos que tratan sobre temas ya conocidos, que se intentan recopilar y divulgar, y otros menos conocidos, de los que se da noticia, en algunos casos por vez primera.
Se ha intentado que el libro recoja prácticamente todo lo que ha ocurrido en este lugar privilegiado de Cuevas del Almanzora durante los tres mil años anteriores, de manera amena y divulgativa, para que sea más fácil su lectura. Por aquí aparecerán fenicios, griegos, romanos, primeros cristianos, musulmanes, pescadores, traficantes, benedictinos, arqueólogos, mineros, burgueses, fareros, políticos, cortesanos, americanos, industriales químicos, promotores nativos y extranjeros, propietarios de casas y establecimientos de restauración y tapeo, artistas….y sobre todo más de cuatrocientas personas de Cuevas y de Villaricos que deambulan y tienen su residencia, estable o veraniega, en este bello rincón del Mediterráneo.
Es, en definitiva, un homenaje a los hombres y mujeres de la mar y del campo de estos contornos, a los de hoy y a los de ayer, todos ellos afortunados por haber vivido en Villaricos.
Un libro claro y ameno, impreso a todo color, con magníficas fotografías antiguas y modernas, que cuenta el papel clave de Villaricos en la Historia, sólo comparable con Abdera, lugares ambos por donde entró la civilización y la escritura en nuestra provincia primigeniamente.
