La exposición de óleos del pintor almeriense Juan Ruiz Miralles, denominada ‘Pellizcos al tiempo’ ha recibido casi 6.000 visitantes. En concreto han sido 5.969 las personas que en menos de 40 días, desde que la inaugurara la delegada territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Isabel Arévalo, han pasado por el Museo Arqueológico para verla.
Al éxito de la exposición ha contribuido la iniciativa de la dirección del Museo de Almería, de ofrecer al público la posibilidad de concertar previamente una visita didáctica a la muestra de manos del pintor o de familiares directos, como es el caso de su nieta, Marisol Ruiz, restauradora de profesión y comisaria de la obra de su abuelo.
Por la sala temporal de exposiciones del Museo de la Junta de Andalucía han pasado diversos colegios, institutos, asociaciones de vecinos, o grupos más o menos numerosos que han podido comprender mejor la obra más figurativa de Miralles, acercándose a su intrahistoria. El público en general ha agradecido esta iniciativa, pues coinciden en que ver la exposición de manera guiada acerca más al pintor y a su obra.
Afirma Marisol Ruiz que, de manera general, el cuadro que más ha gustado ha sido el de ‘La Puerta’, “quizás porque refleja ese estudio minucioso que Miralles hace de todo lo que le rodea y que es capaz de plasmar tan magníficamente, pero que además no pierde ni un ápice de su plasticidad y de su identidad como pintura”. También han sido muy valorados los cuadros de ‘Bodas de Sangre’ y ‘Yerma’, especialmente el primero, que ha impresionado al público por la interpretación del autor del tema lorquiano.
La exposición recoge una selección de obras que pertenecen a la colección particular de la familia y señala la nieta de Miralles que refleja la “evolución del pintor a lo largo de ese tiempo en el que se iba formando en la pintura, y por ello no se han colocado los cuadros de forma cronológica, sino que, por temas, se enfrentan unos a otros en el tiempo, demostrando cómo el pintor cambia su estilo o forma de pintar”.
Esto ha sorprendido a muchos visitantes que en algunos momentos pensaban que se trataba de obras de pintores diferentes. Como anécdota, destaca que en las visitas se ha mostrado mucha curiosidad por el color de la piel del retrato de ‘Lola’, la esposa del pintor. Miralles en persona comentó cómo incluía el color verde en sus carnaciones y que el paso del tiempo ha degradado el color bermellón, dejando a la luz el color verdoso que finalmente se aprecia.
