Agustín Gómez Arcos fue uno de los muchos escritores españoles que tuvieron que marcharse de este país por la presión a la que fue sometido por el régimen de Franco. Almeriense de nacimiento, Gómez Arcos ganarse la admiración del público francés durante su exilio, donde publicó catorce novelas. En muchas de ellas reflejaba escenarios de la ciudad de Almería, que son los mismo que recorrerán, este sábado, los participantes en la ruta literaria por la capital y Enix, en la que se leerán algunos de sus textos.
El Centro Andaluz de las Letras y la Biblioteca Pública Francisco Villaespesa se encargan de organizar esta ruta literaria que discurrirá por algunos de los espacios de Almería que Gómez Arcos retrata en sus novelas.
Espacios como la Puerta de Purchena, la Plaza Vieja, Plaza del Educador o el Parque Nicolás Salmerón aparecen en las novelas de Gómez Arcos y este sábado serán el escenario de lecturas de fragmentos de su obra.
Además, la ruta literaria también llegará a la localidad de Enix, pueblo natal del escritor, donde se visitará su casa natal; la Casa de la Cultura, donde tomará la palabra un compañero de Bachiller de Agustín Gómez Arcos, así como el profesor de la Sorbona, Jacinto Soriano.
La ruta acabará con una comida en el municipio y emprenderá su regreso a Almería a las 17 horas.
Esta actividad nace, en parte, gracias al esfuerzo de José Heras, profesor jubilado de la Universidad de Almería y uno de los mayores conocedores de la obra de Gómez Arcos.
Agustín Gómez Arcos
El profesor Heras ha reconstruido la biografía de Gómez Arcos. Nacido en Enix, en enero de 1933, a los once años se traslada con su familia a Almería en cuyo Instituto Nacional de Enseñanza Media Nicolás Salmerón -ubicado donde hoy se encuentra la Escuela de Artes y Oficios- cursa el Bachillerato entre los años 1946-1953.
Fue alumno predilecto de Celia Viñas, que influyó decisivamente en su interés por la literatura y con la que colaboró en diversas actividades culturales: revistas, teatro, recitales, etc.
Concluido satisfactoriamente el Séptimo Curso con el Examen de Estado cumple el Servicio Militar en La Seo de Urgel. Finalizado éste se une a su familia en Barcelona y se matricula, obligado por su hermano mayor, Manuel, en la carrera de Derecho por la que no sentía interés alguno. Al segundo año abandona los estudios y se traslada a Madrid no sin antes conocer los Grupos Experimentales de Teatro Nuevo, que comienzan su andadura en la Ciudad Condal, y de publicar un conjunto de poemas titulado Ocasión de paganismo, año 1958. También obtuvo el Premio Nacional de narración corta con El último Cristo.
Ya en Madrid traduce a los más importantes dramaturgos europeos, escribe, actúa y dirige Teatro. Obtiene el Premio Primer Festival de Teatro Nuevo por Elecciones Generales (1960). Con Diálogos de la herejía (1962) consigue el Premio Lope de Vega y ser finalista del Calderón de la Barca. En 1966, a Queridos míos es preciso contaros ciertas cosas le es concedido el Segundo Premio Lope de Vega. Pero ni éstas -ni otras obras- pueden ser representadas al serle retirados los premios por la Censura del Régimen. Obstinado e incansable continúa escribiendo teatro, que, o bien logra representar en Colegios Mayores y en Salas Comerciales en versión censurada, o tiene como destino ser leído en tertulia por sus amigos.
Después de escribir numerosas obras de teatro, cansado por tanta dificultad insuperable y desesperado por no vislumbrar un horizonte claro, escribe a Manuel Fraga comunicándole su difícil situación anímica y económica y anunciándole su irrevocable decisión de marcharse de España, junio de 1966.
Tras dos años en Londres se instala en París donde, gracias a sus obras de teatro breve Pré-papa y Et si on aboyait, estrenadas en el Café-théâtre de l’Odéon, alcanzará tanto el éxito del público, como el aplauso de la crítica especializada. Como consecuencia de ello mereció los más prestigiosos premios (Hermes, Livre-Inter, Thide-Monnier Societé de Gens des Lettres y Roland Dorgelés) llegando a ser, en dos ocasiones, finalista del Goncourt.
Desde El cordero carnívoro, en 1974, hasta su muerte en 1998, publica catorce novelas en francés y dos reescrituras en español: Un pájaro quemado vivo (Destino, 1986) y Marruecos (Mondadori, 1991).
Su rotundo éxito como escritor culminó con el reconocimiento de la sociedad francesa concretado en el hecho de haber sido distinguido, en 1985, con el título de Caballero de las Artes y las Letras de la República Francesa y en 1995 el mismo título con el Grado de Oficial. La distinción le fue entregada por el propio François Mitterrand.
En conjunto su obra literaria destaca tanto por el dominio magistral de la técnica literaria y uso estético del lenguaje (español, en el teatro; francés, en la novela) como por la radical crítica al Régimen Político de la Dictadura, a la Jerarquía Eclesiástica, al Ejército y a las restantes fuerzas vivas que ejercían un opresivo poder omnímodo sobre el resto de la sociedad.
Cumplió su promesa –hecha en 1966- de no volver a España hasta que muriera el Dictador, fecha a partir de la cual pasaba largas temporadas veraniegas en Madrid. Tampoco volvió por Almería hasta 1977 en que fue galardonado con el Premio Bayyana al almeriense más universal y en 1997, invitado a participar en una Mesa Redonda con otros escritores. A Enix nunca quiso volver por más que se le ofreció insistentemente la ocasión.
Su obra tanto narrativa como dramática, dice José Heras, sigue despertando interés entre los lectores e investigadores como prueban las numerosas tesis doctorales realizadas y en ejecución. Ello se debe en gran medida «a la magnífica labor de difusión de la Editorial catalana Cabaret Voltaire» gracias a cuyo esfuerzo sus novelas están siendo traducidas y publicadas en nuestra lengua y puestas a nuestro alcance en las librerías de la ciudad.