El profesor de la Universidad de Almería (UAL), Ramón Herrera, ha presentado hoy el libro ‘Responsabilidad civil por vulneración del derecho al honor en las redes sociales’, en el marco de los cursos de verano.
Las redes sociales se han convertido en los últimos años en un escaparate donde no siempre todo lo que se muestra cumple con los derechos fundamentales. Son numerosos los casos en los que ciertos vídeos, publicaciones o tuits y sus consecuencias judiciales han provocado una gran controversia entre los usuarios, la ciudadanía y los expertos. César Strawberry, el cantante de Def Con Dos, Cassandra Vera, Lord McAlpine, los comentarios ofensivos contra políticos, toreros o artistas, como el caso de los insultos a Miguel Bosé tras la muerte de su sobrina Bimba, son solo algunos ejemplos en los que, según apunta el profesor de Derecho Civil de la Universidad de Almería, Ramón Herrera, “el Derecho sí debe responder a las vulneraciones pero la solución Penal debe reservarse a casos que sean muy graves, la respuesta Civil es la más adecuada”.
El libro ‘Responsabilidad civil por vulneración del derecho al honor en las redes sociales’ se ha presentado hoy en el marco de la celebración de uno de los cursos de verano de la Universidad de Almería y que lleva por título ‘Los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen en las redes sociales’. En un acto también ha estado presente el catedrático Domingo Bello, que ha escrito el prólogo y es director de la colección de la Editorial Reus.
Límites legales
“Odiar no está penado pero difundir odio e insultar sí. Ante esto, ¿quién debe responder por este tipo de contenidos? Son varios, según los supuestos, el autor de los mensajes, aquellos que lo comparten, el community manager y las redes sociales en sí mismas”, ha explicado Ramón Herrera. De hecho, el libro incluye un anexo con un modelo de demanda para abogados.
En este sentido, las especificaciones de cada uno de los puntos son abordadas en el libro, por ejemplo “en el caso de compartir o retuitear la responsabilidad debe ser limitada porque en muchas ocasiones no significa que compartamos su opinión, sino que queramos que la gente vea la ‘burrada’ que se ha dicho, pero también es cierto que no es lo mismo el retuit de alguien con 13 seguidores que si lo hace Cristiano Ronaldo que tiene 54 millones de seguidores”. Como ejemplo, el caso de la demanda de Lord McAlpine contra todo el que retuiteó que era un pedófilo, a partir de una información falsa publicada por la BBC.
De igual forma, en el libro se explica que los community managers de las grandes empresas ya firman un seguro de responsabilidad, mientras que las propias redes sociales “tienen que responder cuando a pesar de las alertas de los usuarios, no retiran un contenido de flagrante delito con una diligencia razonable”.
