Pecios sumergidos, cuevas y simas submarinas, las últimas praderas de posidonia o el molusco más grande del Mediterráneo. Conocer la parte sumergida del Cabo de Gata es conocerlo en profundidad. Una propuesta de viaje diferente no sólo para especialistas. Las escuelas de buceo repartidas por el Parque Natural nos ofrecen treinta puntos de inmersión para que accedamos a unos tesoros naturales que están al alcance de todos.
En el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar podemos disfrutarde alguno de los paisajes más hermosos de la Península. Sus playas, sus dunas ysus minas abandonadas son ya un referente turístico y ambiental.
Pero no todos los atractivos del parque son accesibles portierra. Alguno de sus valores fundamentales se encuentran sumergidos bajo elagua. Barcos hundidos, praderas de posidonia, esponjas de colores o paredesvolcánicas bajo el mar, configuran un paisaje oculto y rebosante de vida. No envano el del Cabo es un Parque que cuida tanto de su territorio emergido como desus fondos marinos. Si tumbados al sol en cualquiera de sus playas miramos hacia el horizonte, todavía estaremos viendo una milla de espacio protegido, doce mil hectáreas de fondos marinos declarados Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Un lugar en el que se han catalogado más de 1.300 especies diferentes.
Turismo de escafandra.
Atraídos por esta riqueza sumergida cada vez más aficionados al buceo se acercan al Cabo de Gata. No sólo el paisaje submarino y las especies que en él se pueden encontrar hacen de éste un destino especialmente apetecible. Las aguas del Parque están entre las más cristalinas del Mediterráneo. En un día calmo podemos ver los fondos a más de treinta metros de profundidad. Si a esto le sumamos la bondad del clima almeriense y la oferta decentros de buceo repartidos por el Parque entenderemos porqué el Cabo de Gatase ha convertido en los últimos años en destino preferente de los ‘turistas de escafandra’.
Las empresas dedicadas a la formación y guía de buceo superan la media docena. Si sumamos toda su oferta veremos que podemos acompañarnos de sus monitores en más de treinta puntos habituales de inmersión repartidos alo largo de toda la costa. Desde Carboneras hasta el Faro de las Sirenas, pasando por Agua Amarga, Las Negras o la Isleta del Moro, en cada rincón de la costa nos espera una sorpresa diferente. Praderas verdes bajo el mar, el molusco más grande del Mediterráneo, antiguos pecios hundidos, coral naranja, tortugas bobas…
Un tesoro al alcance de todos.
Todas estas joyas del fondo del mar están al alcance de cualquiera. Muchas de ellas pueden verse sin ningún tipo de equipación especial; bastará con hacer snorquel en la costa. Para seguir profundizando y acceder a las demás sólo necesitamos apuntarnos a cualquiera de los cursos de iniciación que ofrecen las escuelas de buceo. El de bautismo ronda los 75 € e incluye todo el material necesario y el seguro obligatorio.
A partir de aquí todo es bajar. Hacerlo acompañado por un monitor experto y en una excursión doble apenas nos costará treinta euros. Además, que nadie piense que son necesarias unas condicionesfísicas portentosas para acceder al mundo submarino. Bastará con un reconocimiento médico que nos habilite para actividades subacuáticas. Para los ya formados la oferta se expande. Buceo nocturno, buceo naturalista, navegación subacuática, fotografía submarina… podemos hasta bucear con scooter.
Una oferta que auna turismo y deporte con un paisaje propiode otro mundo y que además pone a nuestra disposición a los profesionales quemejor lo conocen. Los primeros en respetarlo y protegerlo.
Descargar artículo completo en: n 38. Tesoros submarinos del Cabo. Julio 2008.
