Martín Santos Yubero fue uno de los miembros más destacados de la segunda generación de grandes reporteros gráficos madrileños. Sus fotografías han servido para construir la historia en imágenes de este país, desde 1925 hasta 1975, medio siglo en un época convulsa, que este fotógrafo ha retratado como pocos. El Centro Andaluz de la Fotografía muestra una selección de las mejores fotografías de la época, con la muestra ‘Santos Yubero. 1925-1975. Crónica Fotográfica de Medio Siglo de Vida’.
Por la naturaleza de su trabajo, Santos Yubero registró con sus cámaras miles de escenas de la vida cotidiana de Madrid, el verdadero kilómetro cero de la Patria en la que entonces tenían lugar todos los grandes acontecimientos históricos del siglo XX, desde la propia remodelación urbana de la ciudad, hasta los hechos más relevantes de la dictadura primorreverista, la dictablanda de Berenguer, los días de la Segunda República, los años atroces de la Guerra Civil y la realidad mezquina de la larga noche de piedra del franquismo.
Pero en la obra de Yubero no sólo asoman los grandes hechos históricos. En sus fotografías encontramos, como en un espejo, el reflejo fidedigno de la vida cotidiana de Madrid, el bullicioso enjambre popular de sus espacios públicos, el mundo de la política, la cultura, la farándula, el deporte y el espectáculo sicalíptico; la vida de sus cafés y Ateneos, la huella de la menesterosidad, la represión multiplicada en las cárceles de la guerra y la posguerra, el mundo taurino, en fin, que tan magistralmente supo captar el fotógrafo.
Martín Santos Yubero nació en Madrid, en 1903. Pudo haber formado parte de la nutrida tropa de maleantes barojianos que se ganaban entonces la vida en los suburbios de legalidad, pero optó por ingresar como aprendiz en un estudio de fotografía. En 1920 estrenó una Kodak de cajón –veinte pesetas le costó-, que no cambió hasta que un representante alemán de comercio le trajo su primera cámara de reportajes: una Rodeston alemana de 10×15.
Con ella realizó sus primeros reportajes, que le sirvieron para que Delgado Barreto, entonces director de La Nación, le llamase para formar parte de la redacción. Sus primeros trabajos no pasaron de rutinarios, hasta que la proclamación de la República abrió las puertas de un nuevo tiempo, más profesional y decididamente comprometido.Fueron los años en que se rompieron para él los frágiles anclajes laborales que mantenía con La Nación, debiendo entonces competir con los grandes reporteros madrileños de su generación. Pese a la proliferación de diarios y semanarios ilustrados editados en aquellos años, nunca dejó Santos Yubero de trabajar por libre, lo cual le permitió colaborar en medios de distinta tendencia ideológica, desde Ahora, hasta ABC, Estampa, La Tierra, Ya o el diario Luz, que entonces dirigía Corpus Barga. En 1933, se unió al equipo de redacción del recién creado Diario de Madrid. En aquel mismo año comenzó a combinar el uso de su cámara de gran formato, con una Contax de 35 mm. En 1935, Vicente Gállego le llamó para hacerse cargo del servicio gráfico del diario Ya.Cuando se inició la Guerra Civil, el diario Ya fue incautado y debió volver a usar sus viejas cámaras de placas, con las que trabajó durante los años de la contienda, en sociedad con los hermanos Benítez Casaux. Con ellos creó una agencia gráfica que enviaba sus fotografías a La Voz, La Libertad, Crónica y al diario ABC Republicano.
Concluida la Guerra Civil, volvió Santos Yubero a su antiguo trabajo en el diario Ya, en el que dirigió un magnífico equipo de profesionales, integrado entre otros por Gabriel Carvajal, Luis Milla, Lucio Soriano, Ignacio Teresa y Sanz Bermejo, que cubrieron todos los hechos importantes de aquellos años oscuros: escenas callejeras, inauguraciones, y reportajes deportivos, teatrales y taurinos. “Fueron los años más sosos de mi vida profesional, ya que bajo la dictadura del general Franco, pocas cosas importantes nos estaban permitidas a los fotógrafos”, declaró el propio Santos Yubero en 1981.
Pero, con sus olvidos y omisiones, en las miles de fotografías realizadas por Yubero y su equipo en aquellos años de penitencia, hallamos un reflejo estremecedor de aquel Madrid ultrajado de los primeros años de la dictadura franquista.
La exposición se puede ver hasta el 5 de mayo, en el Centro Andaluz de la Fotografía.