Son palabras del Catedrático de Termotecnia de la Universidad de Sevilla, Ramón Velázquez. La pronunciaba durante la clausura de las jornadas formativas sobre eficiencia energética, iniciadas el pasado mes de septiembre por el Colegio Oficial de ingenieros Técnicos Industirales de Almería (COITIAL). Ayer miércoles finalizaba aunando tres aspectos de suma importancia en la actualidad: la energía, la economía y la ecología.
La conferencia de clausura, ofrecida por Ramón Velázquez, ofreció una explicación a cerca de la imposibilidad de un crecimiento ilimitado en un medio limitado, como es la tierra, y la importancia de hacer frente a la “crisis energética” en la que se encuentra inmerso el planeta, con independencia de los límites y condicionantes que imponen el sistema económico y medioambiental. “Con frecuencia las pretendidas soluciones energéticas carecen de esa visión global que abarca los tres aspectos mencionados, energético, económico y medioambiental”, asegura el catedrático de termotecnia de la universidad de Sevilla.
En segundo término Velázquez Vila intentará trasmitir la idea que en determinadas ocasiones ha sido origen de escándalo, y es que la solución a la denominada crisis energética “no se puede encontrar ni en la técnica ni en la ciencia”. De esta forma, el profesor señala “la nueva solución energética que se arbitre habrá que vincularla a un nuevo humanismo solidario, capaz de distinguir entre auténticas necesidades humanas y las artificiales, derivadas y creadas por un sistema, el actual de los países desarrollados, que hunda sus raíces en el consumismo”.
El catedrático señaló que si el ser humano continúa a un ritmo constante, agotará las reservas de petróleo en 50 años, las de gas en 60 y las de carbón en 220. Por lo que destacó la importancia de las energías renovales provenientes de fuentes inagotables como son el sol o el viento. Sin embargo, planteó el principal problema de estas energías, “tendríamos que tener capital suficiente para hacer frente a los altísimos costes que suponen estas energías” .
Asimismo, Velázquez se cuestiona si lo se demanda “es una quimera o una utopía”, ya que ese nuevo humanismo solidario del que habla “tendrá que ofrecer igualmente soluciones eficaces al crecimiento demográfico y a la adquisición universal de un digno nivel de vida a todos los habitantes de esta casa común que es la Tierra”.