El Grupo Ecologista Mediterráneo ha dado a conocer los Premios Duna del último año, un galardón que cumple ya 30 años y que reconoce la labor en favor del medio ambiente y el desarrollo sostenible en la provincia de Almería. Este año serán de nuevo tres los galardonados, David Román Faura, guarda forestal, José María Calaforra, investigador de la Universidad, y la Red de Ecoescuelas de Almería, como referente de educación ambiental.
David Román recibe el premio como muestra de apoyo y solidaridad del GEM ante los problemas que sufre por el mero hecho de cumplir con su deber. El Ayuntamiento de Rágol le declaró persona ‘non grata’ y lleva mucho tiempo soportando amenazas y agravios por parte de determinados colectivos. Para el GEM es “simplemente indignante” que se persiga a una persona por cumplir con su deber, una muestra más de la escasez absoluta de valores y decencia de quienes prefieren el incumplimiento de las leyes si ello supone tener que renunciar a privilegios o actividades lucrativas. David Román cuenta con el apoyo de todo el colectivo de guardas forestales y con el Premio Duna, también con el de los ecologistas almerienses.
José María Calaforra es profesor de la Universidad de Almería y una persona que ha puesto su conocimiento al servicio de la protección de espacios tan sensibles como el Río Aguas, los Karst en Yesos de Sorbas o el Desierto de Tabernas. Profundo conocedor de estos ecosistemas únicos, ha prestado su asesoramiento a aquellos colectivos que trabajan en la defensa de los mismos y de unos recursos naturales, en especial el agua, escasos y preciosos precisamente por ello. Ha sido una de las personas más activas en la batalla contra las roturaciones irregulares que se han realizado en Tabernas y que han llevado a varios cargos de la Delegación de Agricultura ante los jueces. Es, para el GEM, un ejemplo de la importante labor de defensa ambiental que pueden desarrollar desde la Universidad en favor del medio ambiente.
La Red de Ecoescuelas de Almería, tercero de los Premios Duna, destaca por ser en Almería donde este programa ha alcanzado una mayor relevancia, con la mayor proporción de centros de toda Andalucía. Más de cuarenta escuelas forman ya parte de esta red que tiene el incalculable valor de promover una educación en la que el medio ambiente tiene un papel determinante. Más importante aún si se tiene en cuenta que los destinatarios son los niños, al fin y al cabo los propietarios del futuro. El premio concedido por el GEM destaca esa labor esencial de inculcar a los menores la importancia de desarrollar una vida y una actividad armónica con el entorno en la esperanza de que las generaciones que nos sucederán sean más sensibles, más equitativas, más respetuosas y más inteligentes a la hora de planificar el futuro de lo que hemos demostrado ser los que les hemos precedido.
Los Premios Duna tienen siempre el contrapeso de las Menciones Carbón (llamadas así porque se hacen públicas coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos). En esta ocasión el Grupo Ecologista Mediterráneo vuelve la vista hacia las administraciones públicas por su mala gestión, más bien por la falta de gobernanza en materia ambiental.
Dos carbones para otros tantos gobiernos cuya inacción o, lo que es aún peor, su acción negativa, está poniendo en grave riesgo no sólo espacios naturales o enclaves de la provincia, sino la salud de millones de personas y, por añadidura, la de nuestro planeta a causa del cambio climático.
Por eso la decisión de entregar el Carbón 2015 a una Junta de Andalucía que ha hecho dejación de funciones en muchos casos en los que habría sido precisa su actuación. Es el caso de la aprobación torticera de regadíos extensivos en una zona tan seca como el Desierto de Tabernas; o el de la destrucción de los Artos de Almerimar, a pesar de haber sido alertados los servicios de Medio Ambiente; o el lamentable estado de conservación de un Paraje Natural como el de Punta Entinas-Sabinar; o la eternización del problema de El Algarrobico, donde el papel de la Junta se puede calificar como de ridículo institucional. Esa inacción permite también que joyas de nuestro patrimonio como el Cable Inglés o el Cortijo del Fraile, entre otras, estén en un lamentable estado de ruina.
El segundo Carbón 2015 es para el Gobierno de España por las nefastas políticas energéticas que lleva varios años aplicando y que han cercenado el crecimiento de las energías renovables en favor de las grandes corporaciones que producen electricidad con combustibles fósiles. En un mundo preocupado por el Cambio Climático, en el que hasta el Papa Francisco no ha dejado de lanzar mensajes de advertencia sobre el peligro de seguir por la senda de la contaminación y la emisión de gases, es injustificable que un Gobierno como el de España abandone el crecimiento estratégico de las renovables. Para Almería esa política errática es especialmente lamentable porque ha frenado de raíz el desarrollo de las energías limpias para la que la provincia está especialmente preparada y magníficamente dotada gracias a sus muchas horas de sol y al viento que sopla a diario.
Con estos dos carbones desde el Grupo Ecologista Mediterráneo queremos hacer llegar a estas dos instituciones nuestro pequeño tirón de orejas, pero también nuestra petición de un cambio que nos permita afrontar el futuro con más garantías y con más seguridad, en el convencimiento de que el mejor de los modelos posibles es el desarrollo sostenible que impida que los intereses y la inconsciencia de unos pocos ponga en riesgo la salud y la esperanza en el futuro de una inmensa mayoría.