Abandonado, como almacén de productos agrícolas o simplemente como un testigo del paso del tiempo en el Parque Natural Cabo de Gata Níjar. El Cortijo del Fraile continúa abandonado a su suerte a pesar de que recientemente fue declararado Bien de Interés Cultural. Ahora, el Ayuntamiento de Níjar se une a las voces que piden que este edificio histórico sea adquirido por la adminstración pública.
En un comunicado, el alcalde nijareño, Antonio Jesús Rodríguez, sostiene que «la solución al Cortijo es que pase a ser propiedad pública, mientras que sea privado, su dueño puede utilizarlo para las cuestiones que desee, dentro de la ley, siempre y cuando no incumpla los requerimientos de no afección a la estructura», en clara referencia a las informaciones aparecidas en las últimas semanas y que indicaban que el edificio histórico estaba siendo usado como almacén de cajas para hortalizas.
El primer edil nijareño defiende la necesidad de que este bien sea público, para lo que la administración debe poner dinero suficiente para adquirirlo “no podemos disfrutar de un espacio que tiene un dueño. Una vez sea comprado, se deben plantear los proyectos necesarios para su rehabilitación”.
De hecho, el Ayuntamiento de Níjar tuvo una propuesta para conseguir esta solución y consistía en que la Junta de Andalucía permitiera los desarrollos urbanísticos previstos en el Nazareno donde se realizaría una compensación a los propietarios. Rodríguez ha explicado que “el cortijo, ni se compra, ni se deja que el ayuntamiento que articule los mecanismos suficientes para que sea público. Con lo que ha ocurrido se pone de manifiesto que en los últimos años, la administración autonómica no ha hecho nada, sólo se ha realizado propaganda”.
Actualmente, el propietario de este BIC tiene la obligación de mantener y no modificar la estructura del inmueble, a pesar de que está prácticamente en ruinas.
Por otro lado, el primer edil ha declarado que la Junta tiene, también, pendiente el desarrollo de actuaciones en el Castillo de San Pedro,otro de los BIC del municipio, “en esa zona hay un conflicto de propiedad. Quien documentalmente dice ser el dueño, está dispuesto a la rehabilitación del castillo, pero si se le permite un uso turístico, que no se le concede porque la Junta entiende que es suyo”.
Ambos casos, el del Cortijo del Fraile y el del Castillo de San Pedro, son muy parecidos con las diferencias que se marcan en cada caso. Los dos son edificios con una declaración de BIC y que se hallan en estado ruinoso.