Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, el 2 de febrero, Ecologistas en Acción reclama a todas las Administraciones que dediquen un mayor esfuerzo para asegurar la conservación de los humedales y los servicios ambientales que estos generan. En los últimos 50 años, el 60% de los humedales del Estado español han desaparecido como consecuencia de actuaciones de desecación y urbanización.
Las civilizaciones humanas se han concentrado durante más de 6.000 años en los valles fluviales, sus llanuras inundables y otros sistemas de humedales, los cuales han jugado un papel esencial para el desarrollo y la supervivencia de las comunidades humanas. Eso se debe a que los humedales se encuentran entre los entornos más productivos del mundo.
Son cunas de diversidad biológica que suministran el agua y la productividad primaria de la cual innumerables especies de plantas y animales dependen para la supervivencia. Crean grandes concentraciones de aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados. De las 20.000 especies de peces que hay en el mundo, más del 40% vive en agua dulce. Los humedales son también importantes depósitos de material fitogenético. Por ejemplo, el arroz, que es una planta común de los humedales, es la dieta habitual de más de la mitad de la humanidad.
La interacción entre los componentes físicos, biológicos y químicos de un humedal, como el suelo, el agua, las plantas y los animales, permiten al humedal desempeñar muchas funciones vitales, por ejemplo: almacenamiento de agua; protección contra las tormentas y mitigación de las inundaciones; estabilización de la costa y control de la erosión; recarga de las aguas subterráneas; descarga de aguas subterráneas; purificación del agua por conducto de la retención de nutrientes, sedimentos y sustancias contaminantes; y estabilización de las condiciones climáticas locales, en particular la precipitación y la temperatura. Todo ello suponen enormes beneficios ambientales y económicos, especialmente por suministro de agua, cantidad y calidad; pesquerías, más de las dos terceras partes de la producción pesquera del mundo están vinculadas a la salud de las zonas costeras y los humedales de tierra adentro; agricultura, por conducto de la conservación de la capa freática y la retención de nutrientes en los terrenos aluviales; producción de madera; recursos energéticos, como turba y materias provenientes de las plantas; recursos silvestres; transporte; y oportunidades de recreación y turismo.
Además, los humedales son nuestros mejores aliados para evitar “desastres naturales”, ya que retienen las precipitaciones fuertes evitando posibles inundaciones aguas abajo; almacenan el agua en el suelo o la retienen en la superficie de lagos, pantanos, etc., reduciendo la necesidad de construir presas; y la vegetación de los humedales desempeña también una función en la reducción de la velocidad de circulación de las aguas de crecida.
Los humedales también cumplen un importante papel en la lucha contra el cambio climático, ya que son importantes depósitos (sumideros) de carbono. Si se emplea la definición amplia de humedal de la Convención de Ramsar, esto puede representar hasta el 40% del carbono terrestre del mundo. Las turberas y los humedales arbolados son particularmente importantes como sumideros de carbono. Si bien sólo cubren el 3% de la superficie terrestre del mundo, se estima que las turberas almacenan más del 25% de carbono de los suelos.
nte la importancia de todos estos servicios de los que seguimos dependiendo, Ecologistas en Acción exige a todas las Administraciones públicas competentes, que tomen medidas para conservar las zonas húmedas, frenando los niveles de ocupación y cambio de uso, casi siempre relacionado con el crecimiento urbanístico. Es necesario un mayor esfuerzo desde la Administración pública para reducir la contaminación del sustrato y de las aguas subterráneas y superficiales. Los contaminantes producen desequilibrios y una alteración grave del funcionamiento de la dinámica de los humedales. Igual ocurre con la sobreexplotación de los recursos de agua subterránea, que mantienen en una situación de estrés permanente a dos de los humedales más conocidos de España, las Marismas de Doñana y las Tablas de Daimiel.
También determinadas obras de infraestructuras como carreteras, embalses, canales de riego de cemento, suponen, directa o indirectamente, la alteración o destrucción de humedales. Y la introducción de especies foráneas en el medio natural está afectando también gravemente a los humedales.
Ecologistas en Acción con motivo de la celebración del Día Mundial de los Humedales, cuyo lema este año es “aguas arriba – aguas abajo, los humedales nos conectan a todos”, ha organizado diversas actividades lúdicas, formativas y reivindicativas que gravita sobre el mensaje de la conveniencia y obligación moral y legal de garantizar la conservación y aprovechamiento racional de las zonas húmedas.
Las actividades organizadas con motivo del Día Mundial de los Humedales pueden encontrarse en www.ecologistasenacción.org