Mbig, ¿pero dónde está el escenario?

Mbig, ¿pero dónde está el escenario?

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MBig, una obra entre el público.
MBig, una obra entre el público.

La transgresora representación de ‘Mac Beth International Group’ abruma en su cercanía al público que disfrutó este sábado de las dos sesiones en el Auditorio Maestro Padilla. La compañía dejó a un lado el escenario para llevar la obra al hall del recinto.

“El fracaso es la distancia entre los resultados esperados y los obtenidos”, con esta lapidaria frase finalizaba el tercero de los cuatro actos de ‘MBig’ (Mac Beth International Group), la vanguardista y provocadora obra teatral que se representó en la jornada del sábado en el Auditorio Municipal Maestro Padilla en dos sesiones, a las 19 y 22 horas.

Una más que intensa revisión del mito shakesperiano de ‘Macbeth’. Un retrato de locura y ambición que los asistentes pudieron vivir a escasos centímetros de sus asientos y en una puesta en escena nada convencional.

Ya desde el inicio se daban pistas de ello. La entrada al Auditorio no se produjo por la puerta principal si no por la parte trasera del recinto. Así, el primer acto se desarrolló en uno de los pasillos laterales del recibidor, con los asientos para el público en corro a la escena. Un despacho de empresa sirvió para que Camelia, secretaria y guía en el devenir de la obra y también autora de la frase inicial, comenzara una diatriba sobre gestión empresarial, que continuaría desarrollando a lo largo de la representación, mientras el drama de ‘Macbeth’ avanzaba sin remisión hacia la sangre y la muerte.

Duncan, Ross, Macbeth, Malcolm, Banquo… Los personajes principales se presentaban como grandes ejecutivos empresariales aunque el libreto mantenía el espíritu original y medieval de Shakespeare. Ataviados con trajes y corbatas negras y camisas blancas, tanto estética y conducta evocaban el universo del cine negro y mafioso tarantinesco, a lo ‘Reservoir Dogs’. Junto a ellos, las tres brujas, aunque en escena solo hubiera dos, lo que era más perturbador aún, que desencadenarán con su conjuro las traiciones y la muerte. Dos auténticas arpías del mal.

El público en escena

Presentados los personajes, el segundo acto fue el más provocador de la función. Desarrollado en el hall principal, ambientado en una habitación, en él hubo sexo, planes macabros que finalmente se llevan a cabo entre miedos y remordimientos, hasta que la soberbia y las ansias de llegar al trono y ser reyes fagocitaron a Macbeth y su lady, interpretados de forma majestuosa por Olga Rodríguez y Francisco Boira. Sangre y traición para que en el tercer acto la locura termine de hacer acto de presencia en un cóctel festivo celebrado sobre el escenario del Auditorio, con parte del público sentado en la mesa principal y con el telón cerrado. Los asistentes fueron testigos en primera línea del último aquelarre de las brujas y de cómo se urde el plan para acabar con la tiranía de Macbeth.

La coda final del cuarto, de nuevo en el hall, sirvió para desenlazar la trama y para que el reparto recibiera una cálida ovación tras un trabajo que quedará en la memoria de los presentes para una larga temporada.

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