La Junta de Andalucía ha puesto en marcha, un año más, un dispositivo especial de vigilancia en la Sierra de los Filabres para evitar el furtivismo durante la época de la berrea del ciervo. En las labores de control, que se realizan las veinticuatro horas del día, participan el Servicio de Agentes de Medio Ambiente, un técnico cinegético y ocho agentes de medio ambiente en coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la Unidad de Policía de la Junta.
Se ha comprobado que los cazadores furtivos suelen aprovechar esta época para abatir fácilmente a sus piezas, ya que los animales están en su ciclo de reproducción, lo que hace que se agrupen y sean descubiertos con facilidad. Además, los ciervos cuentan con unas cuernas desarrolladas que les dan más valor en el mercado ilegal. Todo ello hace que en la berrea del ciervo se incrementen los actos de furtivismo.
Debido al importante potencial turístico de este espectáculo, el dispositivo especial de vigilancia realizará también un control de acceso a los visitantes y de información, para hacer posible la observación de los hábitos sociales y de comportamiento de la especie durante el celo respetando el hábitat de estos animales y no interferiendo en un momento tan delicado del ciclo vital del ciervo.
Turistas de naturaleza
El delegado de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Antonio Martínez, ha recordado que son varias las empresas locales que ofertan rutas y excursiones con guías especializados, debido a que cada año más turistas de naturaleza quieren ser testigos de este espectáculo en Filabres. Advierte que se trata de animales salvajes que no están acostumbrados a la gente y que hay que tener en cuenta que existen zonas donde está prohibida la circulación de vehículos, ya que alteran el ciclo biológico de estos animales.
La población de ciervos en Almería ronda los 2.000 ejemplares y enclaves como El Chortal (Gérgal), La Orapla (Serón) o Los Barrancones (Bacares) son lugares idóneos para escuchar la berrea o incluso presenciar alguna lucha entre machos.
El delegado destacó que como consecuencia de la oferta pública de caza realizada por la Delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en la Sierra de Los Filabres la actividad cinegética, concretamente la caza mayor reporta beneficios económicos y repercute en la creación de empleo para esta comarca. Todos los ingresos que se obtienen con la caza se invierten en el medio natural a través de labores de gestión y vigilancia, mejora de hábitats, arreglos de caminos, siembras y otras actuaciones para la gestión de los espacios acotados.
Berrea del ciervo
La temporada de celo del ciervo, la popular berrea, empieza en septiembre y finaliza en octubre, siendo en el amanecer y atardecer cuando se pueden escuchar a los machos emitir roncos berridos para marcar territorio frente a otros machos. Este espectáculo sonoro de la naturaleza lo protagonizan los ciervos y otros cérvidos como reclamo sexual para conquistar a las hembras. La fuerza y tamaño del animal se dejan notar en la potencia de su berreo advirtiendo de su presencia a posibles competidores.
Durante casi todo el año los ciervos suelen vivir en solitario en el bosque separados de las hembras que viven en manadas. A finales de verano, los machos se acercan a los grupos de hembras y empieza el ritual del cortejo. No sólo emiten berridos sino que también marcan el territorio con su orina, removiendo la tierra, frotando sus cuernos contra las cortezas de los árboles y preparándose para luchar contra otros machos.
Durante la berrea los machos luchan entre sí con sus cornamentas en bravas peleas por ser el líder, siendo las astas su principal arma. El macho ganador reúne harenes de hasta 50 hembras y tras la monta, la hembra, si queda fecundada, tendrá un único cervatillo tras 8 meses de gestación con el comienzo de la primavera.