El Salón de Actos del Instituto de Estudios Almerienses de la Diputación de Almería acogía anoche la presentación de la obra literaria ‘A través de mis ojos’, de la almeriense Maruja Lago Santisteban, en un acto coordinado por el director del IEA, Rafael Leopoldo Aguilera, y presidido por el presidente de la Diputación Provincial, Gabriel Amat, al que acudieron más de medio centenar de personas.
El libro es un recorrido vital, labrado en primera persona, en el que la escritora va esbozando su propia trayectoria profesional y personal, tejiendo en una sola pieza los retazos de una vida dedicada a ejercer el oficio de maestra de ‘parvulitos’ por numerosos pueblos de la provincia. Así, como reconocía emocionada en la presentación, durante el proceso de elaboración del libro su pluma ha ido recordando, página a página, las vivencias más íntimas secuenciadas en su memoria en los tiempos en que dio clases a los niños de Alhabia, San José y Las Hortichuelas (Níjar), El Puerto y Escuela de Orientación Agrícola (Roquetas de Mar), Sorbas, y el Hogar Virgen del Mar, Mar de Alborán y Freinet (ciudad de Almería).
Nacida en la calle Zaira (Almería), Maruja Lago traza un relato salpicado de evocaciones que comienzan en la Segunda República, viven su estallido social en la Guerra Civil del 36 y se expanden durante las más de tres décadas de postguerra. Es, también, un ejercicio de memoria e instrospección en el que se suceden las vivencias más entrañables con anécdotas simpáticas y cuyos protagonistas son los hombres y mujeres que conforman el paisanaje de los pueblos de Almería.
Para Maruja Lago, “los preferidos de la carrera profesional son los niños. Y los párvulos, más. El oficio de maestra me ha permitido disfutar de una vida muy enriquecedora, gracias a Dios. He reunido experiencias muy variadas y en torno a ellas he hecho grandes amigos. En la publicación he tratado de poner en orden casi cuatro décadas de historias diarias, con sus personajes entrañables, sus episodios históricos, sus lugares emblemáticos”, apuntaba Lago.
El presidente de la Diputación, Gabriel Amat, ha subrayado los valores humanos que caracterizan a Maruja Lago, y ha expresado su sentimiento de admiración por la lección de vida ejemplar que simboliza esta maestra almeriense. “Maruja estuvo en el Puerto cuando Roquetas tenía 3.300 habitantes. En aquellos momentos, década de los 50 del pasado siglo, no había los servicios que existen hoy, pero los maestros de entonces cubrían esas carencias con responsabilidad, ilusión y una gran vocación”, aseguraba Amat.
En las labores de documentación y preparación del texto literario han colaborado algunos de los familiares más directos. Ha sido, advertía esta maestra almeriense, una obra colectiva en la que cuatro de sus sobrinos han rememorado, junto a ella, el transcurrir de una vida dedicada al magisterio.