No quedaban butacas, ni asientos de palcos, ni prácticamente pasillos para acoger a tanto público. Las entradas llevaban un mes agotadas. Por eso, Orozco salió al escenario a dejarse la piel, como viene siempre haciendo en todos sus recitales. El cantante catalán de padres sevillanos no pudo ocultar desde el principio la emoción que le suponía cantar por primera vez en Almería y así lo expresó con sus comentarios a sus fans que Vivian el delirio que suponía estar frente a su ídolo.
Sobre el escenario Orozco y su banda. Comenzaba así una fiesta de rock y flamenco. Para abrir boca, dos temas de Renovatio, su quinto disco que salió a la venta en septiembre. Aire en las espaldas y Llévatelo animaron al auditorio, pero fue la canción El viaje, del álbum Semilla de Silencio (2002), la que puso a botar al público, que quería subirse al escenario.
El público entregado disfrutaba de las letras de las canciones de un artista simpático, cercano y que conecta con mucha facilidad. Muchas jóvenes del nivel A del Auditorio no podían ocultar sus lágrimas escuchando a Orozco. El concierto se desarrollo con su público, mayoritariamente mujeres y jóvenes se desarrollo con todos en pie.
En alguna ocasión, Orozco quiso bajar donde estaban sus fans, pero no era fácil, porque todas querían tocarle una mano, sentirlo muy de cerca. Algunas tuvieron la suerte de que el cantante se dirigiera a ellas y les diera un beso. Se notaba la emoción en el ambiente. Hizo en el concierto un repertorio a base de temas muy conocidos de su discografía que fue alternando con sus nuevos temas.
Durante hora y media, Antonio Orozco hizo temas como Que me queda, Ya lo sabes, Un lugar y Yo sé de ti, que forman parte de su último trabajo, aunque también cantó otros temas como Todo lo que no te dije antes y Dime por qué de su anterior trabajo Cadizfornia. Aunque hubo una canción que llegó al corazón del público como era Estoy hecho de pedacitos de ti.
El artista estuvo acompañado en el escenario por un grupo de músicos excepcionales como Xabi Pérez, director musical de la banda, Juan Flores a la percusión, Tony Pagés a la batería, Jordi Franco al bajo y Johnny Caballés a la guitarra. Didier Richar estuvo en la mesa de sonido y Joan Teixidó en la mesa de luces.
Se marchó del escenario, con los focos apagados, pero ante el griterío del público que pedía más, tuvo que salir y hacer hasta cinco temas. Entre esos temas estaba Devuélveme la vida, donde Orozco decidió dejar cantar al público que tomó las riendas, mientras los músicos tocaban para sus fans. Fue apoteósico, puesto que el público se sabía perfectamente las letras de todas las canciones.
Se despidió con Te esperaré, entre aplausos y vítores y con unos seguidores que no tenían ganas de marcharse. Luego, el cantante recibió a varias fans a las que firmó autógrafos y con las que se hizo varias fotografías. El artista se mostraba radiante y señalaba que “ha sido una gran sorpresa, porque llevaba diez años en la carretera y 1.500 conciertos y jamás antes habíamos tocado en Almería”.