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Los premios de Medio Ambiente reconocen la gestión de la finca más grande de Cabo de Gata

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Uno de los entornos de la finca El Romeral.Los Premios Andalucía de Medio Ambiente reconocen la gestión ‘El Romeral’, la mayor finca privada inserta dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, que abarca 17 kilómetros de costa dentro del espacio protegido. Los premios han sido dados a conocer por la titular del ramo, Cinta Castillo, que ha reconocido el cambio que han dado estos premios para adaptarlos a la realidad ambiental de Andalucía.

En este sentido la consejera manifestó que el certamen cuenta este año con varias novedades entre las que destacan la puesta en marcha de un apartado destinado a reconocer aquellas iniciativas relacionadas con la lucha contra el cambio climático, las actuaciones de mejora ambiental en el ámbito de los pueblos y ciudades de Andalucía, y otro específico dirigido al sector empresarial. 

En esta edición se han revisado también las condiciones para el premio de comunicación ambiental, abriendo la participación a medios, empresas de comunicación, publicaciones y otras iniciativas.

Asimismo, la consejera destacó que estos premios convocados por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía reconocen a todas aquellas personas, colectivos y empresas de la comunidad autónoma andaluza que han destacado en la defensa y desarrollo de los valores medioambientales en distintas disciplinas y actividades.

Estos premios incluyen siete modalidades diferentes: empresa y medio ambiente, comunicación ambiental, compromiso ambiental, calidad y medio ambiente, mejor proyecto contra el cambio climático, mejor proyecto de educación ambiental y premio a toda una carrera profesional.

En este apartado ha sido distinguida, precisamente, la empresaria Francisca Díaz Torres, dueña de “El Romeral”.

En esta propiedad se han llevado a cabo durante más de 70 años diversas actuaciones de conservación y desarrollo sostenible, entre las que destacan la plantación en los años cincuenta de cientos de hectáreas de chumberas para evitar la erosión; la apertura de pozos y creación de más de sesenta hectáreas de riego por aspersión para la alimentación del ganado; o la inversión de más de nueves millones de euros en la rehabilitación, conservación y revalorización de antiguas edificaciones  y otros elementos culturales de valor histórico y etnográfico. Como responsable de la urbanización de la Bahía de San José ha impuesto condiciones tales como la obligatoriedad de no construir edificaciones de más de una altura y media o la prohibición de asentar construcciones dedicadas a la industria.

El pasado mes de septiembre recibió también la certificación ecológica de la finca asociada a una gestión ganadera de la raza caprina autóctona denominada ‘Blanca Celtibérica’.

 

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