El espectáculo comienza con una formación musical lujosa, compuesta de cinco grandes músicos interpretando con piano, violín, guitarra, chelo y bandoneón. Salía a escena José Manuel Zapata, y arrancaba con ‘Uno’, para comentar, a la vez, que era su primera vez que cantaba en un entorno así, al aire libre. Zapata, por sus condiciones artísticas, cantante lírico más dado al mundo operístico, es habitual de los teatros.
Y dijo sentirse casi como «los Rolling Stones» al cantar en un sitio así. Feliz de ver la respuesta de público, y el juego que aporta al espectáculo, el entorno, la fachada de la catedral, y los recursos de iluminación y proyecciones. Sonaron, a lo largo de hora y media de espectáculo, los tantos más populares y reconocidos. Zapata interpretó además ‘A media luz’ y ‘Por una cabeza’, antes de pedir la presencia de Rocío Márquez en el escenario. La artista cantó entonces ‘Nieblas del riachuelo’, y sorprendió a los presentes.
El espectáculo ofrecía unos interesantes contrastes, en lo instrumental y el las voces de ambos artistas, que en ocasiones se unieron e interpretaron juntos, como fue, para terminar con ‘Volver’, ‘Cuesta abajo’ y ‘Caminito’. Una noche redonda como clausura de Alamar. Los ecos de grandes canciones del repertorio del tango, como ‘Mi Buenos Aires querido’, ‘Cambalache’ o ‘El choclo’, no faltaron en la velada. Es la tercera ocasión que ‘Tango y lágrimas’ se presenta en un escenario tal y como anoche se vió en Almería, con su protagonista José Manuel Zapata y Rocío Márquez de artista invitada. Noche mágica, temperatura agradable y punto y final a un certamen de músicas del mundo que comenzó el pasado jueves 10 de junio en el Anfiteatro de la Rambla.
