El curso de verano organizado por la Universidad de Almería sobre el éxito del cooperativismo en la provincia, a modo de un balance en el 75 aniversario de la CASI, finaliza lanzando un mensaje de confianza en la histórica flexibilidad del sector y la mayor preparación de los jóvenes.
La Sala de Subastas de las instalaciones de CASI-Aeropuerto, operativa a lo largo de toda la campaña agrícola, ha cambiado su dinámica de uso durante tres jornadas en las que ha sido sede de un análisis minucioso del pasado, del presente y, este miércoles y como la parte final de un interesante seminario estival, del futuro de la agricultura almeriense. Los Cursos de Verano de la UAL han abordado una temática fundamental para su entorno cercano, y lo han hecho bajo el título ‘El éxito del cooperativismo en el modelo agrario almeriense: balance en el 75 aniversario de la CASI’. Así, el mañana agrícola general y del cooperativismo en particular ha sido el foco de atención a cargo de Davis Uclés y de Antonio Domene, los dos últimos ponentes. El tono compartido por ambos para la formulación de un mensaje final ha sido de optimismo, ya que hay confianza en el potencial del capital humano y en seguir con la capacidad de adaptación.
Así, Uclés, director del Servicio de Estudios Agroalimentarios de Cajamar Caja Rural, ha sido claro a la hora de afirmar que “el futuro se hace caminando y trabajando, un poco como navegar aprovechando los vientos que te vienen, tener claro dónde quieres ir y siendo conscientes de que a veces los cambios son tan rápidos y tan radicales que son muchas veces imprevisibles”. Pero es algo que forma parte del bagaje: “El modelo va a seguir cambiando; no es el que había en un origen, sino que una de las conclusiones es que no es un ‘Modelo Almería’ sino una sucesión de ‘Modelos Almería’ a lo largo del tiempo que se han ido sustituyendo los unos a los otros, lo que nos ha permitido llegar hasta aquí”. Es por ello que se ha confesado “optimista”, reflexionando que “esta agricultura ha sido capaz de demostrar que tiene una flexibilidad brutal y no existe hoy ningún motivo para pensar que va a dejar de hacerlo”. Por tanto, “la capacidad de adaptación” a los cambios “va a hacer que se llegue a ese futuro o no se llegue”, ya que pese al optimismo hay que afrontar varias cuestiones clave.
En ese sentido, David Uclés ha confesado que tiene “más incertidumbres que certidumbres”, y al mismo tiempo ha añadido que “hay algunos ‘nudos gordianos’ que necesitamos resolver para ganar ese futuro”. Entrando en materia, “uno es clarísimamente la sostenibilidad, ya que tenemos un problema muy serio y no solo por el agua sino en tres capas, el medio ambiente, los residuos, tenemos un enorme mar de plástico que nos enorgullece, pero ese material está casi demonizado y tenemos que gestionar eso muy bien, y el componente social, porque el modelo cooperativo se ha visto que tiene muchas ventajas pero la incorporación de trabajadores de otros países desde los 90 ha generado tensiones que todavía no se han terminado de resolver”. A esto ha sumado “la sostenibilidad económica, viéndose que hay que hacer más cosas para aumentar los ingresos, e ir cerrando círculos como la economía circular, en la que tenemos mucho que avanzar, como en la incorporación de tecnologías, sin olvidarnos de las ‘fake news’, a las que hay que dedicar tiempo porque nuestros consumidores cambian sus decisiones de consumo en función de lo que dicen las redes sociales”. Ante esto último es necesario “combatirlas con buenas informaciones fáciles de asimilar por la opinión pública y adecuadas para ser viralizadas”.
Para este especialista es clave “la incorporación de la tercera generación en el campo, “formada por gente mucho más preparada que la segunda y muchísimo más que la primera”, por lo que “la materia prima, el capital humano que hay debajo, es mucho más potente que antes”. En relación al papel de Cajamar, “en el sector financiero la confianza se llama crédito, y para nosotros este sector tiene mucho crédito, es nuestra vocación”, ha manifestado para finalizar con que se va a seguir como “agente financiero del sector” pero además potenciando una “segunda herramienta, que es el conocimiento”. Igualmente mucha importancia al factor humano ha dado el gerente de la CASI, Antonio Domene, encargado de cerrar el curso con una última ponencia más centrada en el cooperativismo: “El futuro pasa por más toneladas, siendo necesario ser más grandes; tanto la distribución, como las casas de semillas, como la cadena de valor del sector agroalimentario se están concentrando, pero hay distintas maneras de colaborar; tenemos que crecer, esto está claro, en volumen para tener más peso, en calidad también y hay que diferenciarse de otros países que están empezando, hay que ser más sostenibles para garantizar el futuro y porque hoy la sociedad lo requiere y, por otro lado, hay que cuidar la semilla que tenemos aquí, que es la masa social de agricultores que hay en Almería, y eso es el fundamento del cooperativismo”.
Por tanto, para Domete “tenemos que reinventarnos porque los tiempos han cambiado, pero no tenemos que perder la esencia del cooperativismo”. Así pues, “el futuro siempre pasa por eso, por las personas, y el valor humano de esta cooperativa ha sido bestial, 75 años de historia lo dicen todo; para seguir haciendo esta marca mundialmente reconocida necesitamos personas que aporten valor, que sigan cuidando los cultivos como lo hacen, que sigan trabajando en venderlos de la mejor manera posible, en posicionarlos, diferenciarnos, en definitiva”. Encantado con este curso de verano, dirigido por Andrés Sánchez Picón desde la UAL y por el presidente de CASI, Miguel Vargas, el gerente de la Cooperativa Agrícola San Isidro lo ha considerado idóneo por verse “un caso de éxito que debería estudiarse en todas las escuelas de negocios”. El cierre del mismo ya se ha efectuado, como también el del curso ‘Seguridad en el Mediterráneo’, en su caso habiéndose tratado el caso concreto de Túnez, la OTAN y sus acciones en el Mare Nostrum y la percepción de ese término de la seguridad en ambas orillas del mismo.